viernes, 27 de mayo de 2016

ROTARY CLUB DE FLORES - CONCURSO LITERARIO 2016 - PREMIADOS

CONCURSO LITERARIO ROTARY CLUB DE FLORES - 2016,

El jurado confirmo  los premios y menciones -Concurso literario  Rotary club de Flores 2016


Los integrantes del jurado, Lic. Adriana A.Rodriguez, escritora Marita Rodriguez-Cazaux, Y coordinadora Ida De Vincenzo, felicitan a los autores que participaron en el concurso de Poesia y Narrativa.
Se recibieron mas de 300 mails, de diferentes puntos del pais , de latinoamerica , y Europa, de los cuales fueron seleccionados 72 obras.

Los objetivos que se consideraron de manera prioritaria de la premiación otorgada fueron :   originalidad y mensaje.


DENTRO DEL CONCURSO SE DECIDIO POR UNANIMIDAD Y POR PRIMERA VEZ DAR UN PREMIO HONORIFICO "AUTO-AYUDA"

POR DEFENDER A LA  VIDA MISMA.




PREMIOS ACCESIT -(El concurso es para mayores de 18 años , pero por la calidad de los trabajos presentados el Rotary club de Flores ,concidiendo con el jurado, decidieron  otorgar este premio al Docente y a sus alumnos por motivar la literatura ,,)






PREMIOS IDIOMA CASTELLANO.


PREMIOS  POESIA -  

PRIMER PREMIO    ELENA VILLARROEL  - SOL DE MEDIO DIA (Rafael Castillo)


SEGUNDO PREMIO LILIANA NOEMI BARDESSONO, ENSEÑANZA DEL TIEMPO (Bs.As.)

TERCER PREMIO    RENE ARTURO CRUZ MAYORGA- NUESTROS OJOS (El Salvador Centro America)



MENCIONES - POESIA

PRIMERA MENCION    JOSE LISSIDIMI SANCHEZ    - MI VIEJO , EL TANO (Uruguay)


SEGUNDA MENCION  RUIZ HECTOR RICARDO   - ESOS MONTES HELADOS (Moron )

TERCERA MENCION   SILVANA MARIA MANDRILLE  - AUTORRETRATO (Cordoba)

CUARTO MENCION - BEATRIZ TERESA BUSTOS, -SONORO SILENCIO -(Cordoba)

QUINTO MENCION - BOSSA JORGE EMILIO - ROMANCE DE LUNA ROJA-Cordoba)


PREMIO RELATOS

PRIMER PREMIO  EDITH FEDORA SOTO, ROSAURA OTRA VEZ-(Bs.As.)


SEGUNDO PREMIO - NORMA CRISTINA NOSEDA,  HIPOCRESIA- (Bs.As.)

TERCER PREMIO - LILIANA NOEMI BARDESSONO- SOLDADITO DE PLOMO-(Bs.As.)

CUARTO PREMIO - BEATRIZ ELIDA LACROIX , ATRAPADA EN LA PARED-(Bs.As.)


MENCION  RELATO

PRIMER MENCION   LORENA BRITO,  VERDAD , CONSECUENCIA.-(Bs.As.)

SEGUNDA MENCION , ANA LEGUISAMO RAMEAU, EL NIÑO INSOMNE-(Bs.As.)

TERCERA MENCION, ANA GRACIELA INCOSTANTE, LA MISTERIOSA MUJER-(La Tablada)

CUARTA MENCION , JUAN CARLOS VIALE, LA FOTO DEL PATIO-(Mar del Plata)

QUINTA MENCION,  RAUL OSCAR D/ALESSANDRO, EL CANTOR SIN NOMBRE-



PRIMER PREMIO POESIA ITALIANO

CARLA BARLESE,   VIAGGIARE TORNARE-(Roma)

SEGUNDO PREMIO

SARA ISABEL JUAREZ    C ERA ESTATE IN VALTELLINA-(Cordoba)



PRIMER PREMIO RELATO ITALIANO



JULIA N. ISSA, AMANTE INNAMORATO-(Cordoba)



DENTRO DEL CONCURSO SE DECIDIO POR UNANIMIDAD Y POR PRIMERA VEZ DAR UN PREMIO HONORIFICO "AUTO-AYUDA"

POR DEFENDER A LA  VIDA MISMA.

PREMIO HONORIFICO , MATILDE HAYDEE SILVA ,  LA NOTICIA.-(Bs.As.)


PREMIOS ACCESIT -(El concurso es para mayores de 18 años , pero por la calidad de los trabajos presentados el Rotary club de Flores ,concidiendo con el jurado, decidieron  otorgar este premio al Docente y a sus alumnos por motivar la literatura ,,)

CENTRO EDUCATIVO NUMERO 6 CARLOS SADOC SAN MARTIN
EL VOLCAN SAN LUIS-Argentina

Prof. ENZO MARTIN VIEYRA

ALUMNOS PARTICIPANTES
ROMINA SUY    - QUIEN SERA?
BRENDA LUCERO- SORPRESAS DE UN LADRON
MELINA JULIETA ACOSTA - UNA HISTORIA PLENAMENTE CONVENCIONAL
BRENDA MILAGROS FERNANDEZ, - EL AMOR DE UN NIÑO
 MARIANA SOSA, - LOS RAROS SONIDOS
SOFIA BELEN BAEZ, UN GRAN MISTERIO, EN LA BIBLIOTECA ABANDONADA
FLORENCIA TORRES,  MONSTRUO DE PUEBLO
ROCIO CELESTE GONZALEZ, LA SELVA EMBRUJADA

PRIMER PREMIO POESIA- CASTELLANO

Sol de medio día  - ELENA VILLARROEL

De oriente a occidente recorres la vida,
pasando por países que jamás te olvidan
sucumbes a la tormenta luego apareces
a los días, todos te nombran todos te necesitan,
apareces en los libros,
como también en la biblia,
pintado en cuadros desde siglos que recorren
con tu rostro la vida infinita,  a lugares oscuros
llegan tus rayos dando calor y sonrisas,
repartiendo ilusiones
a los brotes nacidos en esta tierra argentina.

Que sería de este mundo sin el sol que nos cobija,
que sería de los seres ¿si el no existiría?
podrían reemplazar semejante astro o irradiarían calor,
¿cómo podrían?

Y si el sol callera redondo y sin remedio al mar
¿qué pasaría?
Seria pescado por un barco
o simplemente el mar herviría,
los peces saltarían huyendo a la tierra y morirían,
otros mutarían patas para no perder la oportunidad de seguir con vida.

Y si el sol un día simplemente no sale
y aparece pálida de horror la luna en la esquina,
será señal que padeció de viejito,
será señal que se apagará con él la vida.

SEGUNDO PREMIO POESIA- CASTELLANO

Enseñanza del tiempo-LILIANA NOEMI BARDESSONO

No quiero una hoguera con llamas que ondulan hacia lo alto.
Prefiero el fuego de pocos troncos, en nuestro hogar, a tu lado.

No quiero la carcajada del momento, fácil, estrepitosa, vulgar.
Prefiero la cálida y cómplice sonrisa que dura una eternidad.

No quiero lo efímero de una explosión magistral.
Prefiero pequeñas chispas, que alerta me mantendrán.

No quiero un galope alocado y extenuante contra el viento.
Prefiero el trote seguro que siempre me llevará a tiempo.

Porque la vida me ha enseñado
que estar enamorado:
es explosivo, fugaz, alocado.
No es lo que yo quiero.
El amor, el amor verdadero,
es el que camina paso a paso;
porque es sabio y respetuoso:
por eso lo prefiero

TERCER PREMIO POESIA - CASTELLANO


NUESTROS OJOS - RENE ARTURO CRUZ MAYORGA



 a veces necesitamos
  nuestros ojos
para llorar,
 para sostener
 nuestras lagrimas
y no dejar que se
 derrame el llanto.


Son nuestros ojos
los que reclaman el día
sembrando entre
 la hierba del campo
 la dulce esperanza.


Nuestra alma cruje
recostada  en el silencio
buscando en el corazón del mundo
el verdadero sentido de la vida.

Esta tierra  está  llena
 de misterios envejecidos
donde la palabra se enmudece
y se diluye con el olvido.


A veces quisiera empujar el dolor
al igual que el mar  empuja las olas
y  hablar con el  creador
como lo hace el viento a solas

PRIMERA MENCION POESIA- CASTELLANO

                            Mi viejo. El Tano.   - JOSE LISSIDIMI SANCHEZ

                                                

                               
                                 En verde viña, los ojos perdidos,
                                  espíritu inquieto, hurgando lontano
                                 allende el océano, años queridos,
                                 la guerra amarga y el adiós temprano.

                                 Mundos unidos apretadamente,
                                 el joven brindó al anciano, esperanzas,
                                 la tierra se abrió generosamente,
                                 ante las caricias de manos mansas.

                                 Nació en español la palabra- Hogar-.
                                 Fueron años buenos, de fruto sano.
                                 Pero la sangre no dejó olvidar,

                                 aquel pueblito. La mamma. El hermano.
                                 Y hasta cuando creo verlo llorar…,

                                 es que está sonriendo, mi viejo, el Tano.

SEGUNDA MENCION, POESIA- CASTELLANO

Esos montes helados  - HECTOR RICADRO RUIZ

Me enliste para una guerra 
a la que no pude ir,
a defender ese suelo
era a matar o morir.

Siempre tuve la tristeza
de saber que el dos de abril,
muchos pisaron las islas
más yo, lo vi desde aqui.

Muchos tuvieron la gloria
de llegar, luchar, morir,
más los que regresaron

los ocultaron aqui.

Ver flamear nuestra bandera
fué un orgullo para mi,
en esos montes helados
la patria entera yo vi.

Por el amor por las islas
el amor por la bandera,
el himno sono tan fuerte
del mar a la cordillera.

El corazón en mi pecho 
saltaba de la emoción,
en el centro de Malvinas
brilla nuestro pabellon.

Me enliste para una guerra
a la que no pude ir,
a defender ese suelo
era a matar o morir.

TERCERA MENCION POESIA- CASTELLANO

Título: AUTORRETRATO  - SILVANA MARIA MANDRILLE
Género: Poesía



Entre la que debo y quiero ser
apenas soy la que puedo…
Una cascada de risas por fuera,
una procesión de lágrimas adentro.
De la historia, un trazo
sin demasiado esmero…
Algunas pocas quimeras,
un puñado de recuerdos.
De ideas contradictorias
y de palabras escuetas,
no por pobre el lenguaje
sino por cauta la lengua.
Nacida allá en la campiña,
de una clase media alta
venida a menos después
por jugarretas del clima
y trastadas del gobierno.
Educadora incansable,
responsable por demás…
Perfeccionismo, el defecto;
virtud, la generosidad…
Un complejo, estas ojeras
que me opacan la mirada
consumiendo maquillaje
y espejos para taparlas.
Hasta que aprendo a reflejarme
en el rostro de la gente,
sintiéndome igual a todos
y a la vez tan diferente.
Abrumada por los roles
que la existencia depara…
Ser una hija ejemplar,
una madre abnegada
mas una esposa amante
y una colega leal
cuando el disfrute real
es la entrañable amistad.
Los extremos me sofocan,
rondo el sendero del medio
aunque  la vida se empeña
tirarme contra las cuerdas
para enseñarme que es sangre
lo que corre por mis venas…
Emociones que anhelan salir
y la razón no las deja.
La fe que viene y que va
pero que nunca se queda.
Aborrezco la rutina
y me planto en su vereda…
Arremeto con los cambios
y el viento conservador
castiga duro mis alas
que a medio desplegar
no vuelan casi nada.
Si escribo es porque me mata
esta vida pasajera,
tanto tiempo puesta en ella
y sigo sin entenderla.
La muerte no me amedrenta…
El olvido sí cercena
con su memoria extraviada,
con su voz sin palabras
con ese miedo al desquicio…
A la oscuridad del alma.
Soy la de tantas preguntas
sin ninguna respuesta.
Soy la que sigue en pie
después de todas las guerras.
Soy la que busca un destino
más allá de este camino.
Eternidad… Trascendencia
es sólo lo que ambiciono.
Escribo para escribirme,
para contarme verdades,
para que alguien me lea
cuando sea nadie.
Necesito de los libros
como del aire y del agua
más que del pan y del vino.
Entre la que debo y quiero ser
apenas soy la que puedo
alimentando el espíritu
con las savia de mis versos.

CUARTA MENCION - POESIA CASTELLANO

Sonoro silencio - BEATRIZ TERESA BUSTOS

Se estrella sobre el muro de la tarde
el ultimo intento del olvido.
La mirada no se inmuta.
Los labios parecen de fuego.
Y por la hendidura de la nada,
la lluvia traza soledades en mis besos.
El viento lame las veredas.
El agua de hojas se alimenta.
Y el corazón parece un mendigo penitente
golpea
         golpea
                   golpea,
pero nadie responde.
La casa reclama tus aromas
y le digo mentiras:
─Que vendrás empapado de amor
y tendrás polen en las venas.
─Que llegaras cargado de nostalgia por mi piel...
El reloj deja su resumen
sobre mis ojos en vela,
una estampida de gorriones
pasa por mi rostro, pero,
no están tus manos
que los detenga.
La calle es una rivera azul
que me recuerda el umbral hacia tu nombre.
Las sombras ya se han apostado
y las cornisas desbordan
su pena trasparente.
Tengo frio. En el cuarto aguarda
sobre la almohada,
una rosa ya marchita...

¿Volverás alguna vez a revivirla?

QUINTA MENCION POESIA - CASTELLANO

Título: ROMANCE DE LUNA ROJA- BOSSA JORGE EMILIO
Género: Poesía


En las cenizas del cielo
la luna era una brasa,
una brasa mortecina
a la noche aferrada;
una moneda de cobre
por el eclipse forjada.

Cerca de aquí y muy lejos
de esa luna sonrojada
escondían cuatro paredes,
de las curiosas miradas,
a dos amantes furtivos.
Ajenos al panorama
reinante en el firmamento,
apasionados estaban.

Él es viejo como el sol,
pero ella, en su cama,
apenas fue luna nueva,
una tierna luna blanca,
que se encendió como aquella
similar a una brasa,
cual vestigio de la hoguera
que el ocaso provocara.

Para ella, él fue el primero
que su cuerpo explorara.
Para él, solo una más
fue la cándida muchacha.
Una más que encalló
en la playa de sus sábanas.

Mientras su fisonomía
el cielo recuperaba
y la reina de la noche
su palidez recobraba,
la joven dejó aquel lecho
para volver a su casa.
La madre la recibió
con la pregunta obligada:
¿Viste la luna, mi amor?
¿Viste cuán roja estaba?

La chiquilla sonrió
al ser allí interrogada
y afirmó con la cabeza,
al tiempo que recordaba
un informe en la tele
que el fenómeno auguraba.

Ve a dormir – luego escuchó -
anda niña, que mañana
tienes examen y creo
que estudiaste poco y nada.

La joven besó a su madre
y enfiló para su cama,
mientras en su celular
una luna colorada
posaba para la foto
que una amiga le enviaba.
Otra pícara sonrisa
se dibujó en su cara
pues las dos, al mismo tiempo,
fueron lunas desangradas…

Y la niña, esa noche,

dejó de ser luna blanca.

PRIMER PREMIO RELATO - CASTELLANO

Rosaura otra vez  - EDITH FEDORA SOTO
A pesar del tiempo transcurrido las imágines son tan vívidas y la situación es  tan dolorosa como entonces…  Fue en aquel mi primer día de trabajo en el Servicio Social… Al entrar en mi nueva oficina Rosaura ya estaba allí. Pequeña, mucho más de lo que por su edad se podía esperar… Sentada, acurrucada, parecía casi un ovillo humano intentando fundirse con una de esas incómodas sillas de metal. Los desmesurados ojos pardos recordaban los de un animal acorralado. Inmediatamente asocié su postura con la fetal y me dije que la muchachita intentaba, sin saberlo, volver a aquel nido donde seguramente se sintió abrigada y protegida. Sus ropas chillonas e inadecuadas intentaban darle un aspecto provocativo pero sólo conseguían resaltar el desamparo de su figura… Abrazándose a sí misma, los delgadísimos brazos ceñían las rodillas puntiagudas recogidas sobre el  pecho y por momentos adquirían un leve movimiento, como si  se acunara
Cuando la secretaria intentó   ayudarla a ponerse de pié, se protegió la cabeza con gesto aterrorizado…. Mi inexperiencia de entonces hizo que se viera obligada a responder, en medio de un llanto desgarrador, a un interrogatorio para poder armar el relato de esa vida plagada de desventuras… Desde el nacimiento en un rancho, el hambre, el desconsuelo, las violaciones reiteradas, la entrega, la prostitución y la trata. Fue tan potente que en un impulso emocional y solidario terminamos llorando ambas sobrepasadas por el dolor y la impotencia… Reconozco que fueron esos poderosos sentimientos los motores que me permitieron ayudar un poco a esa pobre adolescente, cuyo destino posterior ignoro.
Han pasado casi veinte años y nunca pude olvidar aquel primer encontronazo con una de esas niñas a las que la vida y la maldad de la gente han maltratado tanto. Pero eso se ha hecho carne en mí esta mañana cuando, cumpliendo con mis funciones de jefa del área de ayuda social, ingresé en la vieja oficina y vi a una nueva Rosaura ovillada en una silla soltando gruesos lagrimones e intentando reconstruir el relato de su propia historia ante la joven asistente social…
Desde ese momento una gran congoja  me oprime el pecho… Es duro comprobar que a pesar del paso del tiempo y lo mucho que se ha dicho y publicado, algunas cosas no han cambiado demasiado… Y, reiteradamente, nuevas muchachitas, fan frágiles como la Rosaura de los inicios de mi carrera, siguen siendo carne de cañón de seres repugnantes.

SEGUNDO PREMIO - CASTELLANO

Hipocresía   -- NORMA CRISTINA NOSEDA
                                                              “El desnudo de las caras puede ser el más indecente”
                                                                                  Corpus Barga
En el pueblo de Credere de pocos habitantes, donde la mayoría se conocía, vivía José Cáseres con Rosario su mujer y Guadalupe, la única hija del matrimonio
José era un próspero comerciante que vivía sin sobresaltos porque tenía un negocio dedicado a la venta de maquinarias agrícolas.
Con buen porte, voz firme y segura, inspiraba respeto. Dirigía a sus empleados y tres veces por semana se iba a un campo de varias hectáreas cercano al pueblo, que había heredado de su familia paterna. Criaba ganado vacuno y lo recorría con un tractor, hablaba con los peones y con ayuda del capataz organizaba y supervisaba todo para que funcionara bien.
Rosario era una mujer sencilla, buena esposa y madre ejemplar. Cocinaba con esmero para el gusto de cada uno. Su casa lucía impecable y cuando invitaba a los amigos a cenar, hacía banquetes tan sabrosos que denotaban su gusto por la cocina y su marido se sentía muy orgulloso por ello.
Guadalupe era una hermosa adolescente, que todavía no mostraba demasiados signos de rebeldía. Era deseada por muchos jóvenes del pueblo, pero su padre la celaba impidiendo que se acercaran demasiado.
Como buena alumna y una hija obediente, seguía los lineamientos y reglas morales que le habían inculcado.
Una noche de domingo, después de terminar las tareas de la escuela, pidió permiso para ver una película muy de moda y apta para su edad. José y Rosario, cansados se fueron a dormir y la dejaron sin contrariarla como premio a las buenas notas que había traído en el boletín.
Ella quedó sola en la sala principal de la casa, estaba muy entretenida riéndose a carcajadas con lo que veía. Se la notaba contenta, al terminar, apagó el televisor y la grabadora y trató de acomodar el video en el estante que estaba debajo de la mesa ratona. Algo se lo impedía pero en la parte de atrás, muy escondido encontró uno sin ningún título que parecía vacío. Tanta fue su curiosidad que decidió verlo sin hacer ruido. De pronto los ojos parecían salirse de las órbitas, no podía creer lo que transmitían esas imágenes.
Las lágrimas comenzaron a rozar sus mejillas, caían a borbotones y con suspiros entrecortados su pecho se agitaba fuertemente, dejándola casi sin respiración.
Trató de calmarse, apagó todo, escondió el video muy bien en el armario de su habitación y se acostó. Daba vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir y no paraba de llorar, hasta que por fin logró conciliar el sueño.
Al día siguiente de regreso a casa, su madre le había preparado la comida con el postre de chocolate que más le gustaba. Almorzó casi sin decir palabra, tragando el sabor de la amargura. Se levantó de la mesa y fue a su dormitorio a preparar la tarea. Al pasar por la sala dejó distraídamente el video sobre la punta de la mesa. Cuando Rosario terminó de arreglar la cocina lo encontró, le pareció extraño y decidió ver si contenía algo en su interior. Tal fue la sorpresa que tragó saliva y un fuerte dolor de estómago se hizo preso de su cuerpo. Lo guardó calladamente y mascullando rabia, se fue a arreglar el jardín.
A las seis de la tarde, su marido regresó silbando  del comité donde militaba, le dio un beso y ella lo recibió igual que lo hacía siempre.
Guadalupe  no soportaba más la angustia que la invadía y decidió contárselo a su mejor  amiga, pero se arrepintió. Entonces pensó mejor hablarlo con su  madre, aunque suponía  que ella se había enterado. Igualmente desistió porque destrozaría la familia a la que todos conocían como modelo a seguir.
Esa tarde de viernes José había llegado muy eufórico y llamó urgente a Rosario y a Guadalupe para contarles una sorpresa, estaba muy feliz. Le habían propuesto ser el intendente del pueblo. Entonces, ambas esbozaron una falsa sonrisa y lo felicitaron.
Llegó el día, era un sábado por la mañana, se vistieron para la ocasión y prontamente se dirigieron  hacia la plaza central de Credere que estaba repleta de gente esperándolos. José se ubicó en el palco principal junto a su familia y correligionarios. Todos saltaban y gritaban, avivando al nuevo intendente.
Guadalupe comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza pero se quedó hasta el final del jolgorio. Ya no soportaba más, entonces le pidió a su madre que la dejase ir. Así fue, cuando regresaron,  la encontraron en la sala tendida en el suelo. Estaba con el video abierto y entre sus manos sostenía débilmente un cuchillo y un chorro de sangre brotaba de su muñeca derecha. A medida que su cuerpo perdía fuerza, balbuceaba, ¿por qué?¿por qué? papá. Las imágenes aparecían en su mente como flashes donde jóvenes muchachas eran sometidas a la fuerza por su padre y otros hombres. Ellos las llevaban a lúgubres  habitaciones, de una casa desconocida, donde un sexo perverso era el disfrute que colmaban sus pasiones desenfrenadas.
Ella, poco a poco se fue desvaneciendo, mientras su padre la miraba atónito. De pronto reaccionó bruscamente, le quitó el video, lo guardó y llamó a una ambulancia, su esposa               llorando lo golpeaba a puñetazos. Ya era tarde Guadalupe cerraba sus ojos para siempre.

TERCER PREMIO RELATO - CASTELLANO

Soldaditos de plomo  - LILIANA NOEMI BARDESSONO
Hoy es uno de esos días en los que quisiera dar una vuelta por mi infancia, donde los sueños se convertían en realidad.
Teníamos las ideas más descabelladas, nuestra imaginación no tenía límites ni horizontes. El mundo estaba a nuestros pies.
Esos tiempos en los que no necesitabas estudiar más de veinte años para ser médico. Bastaba con ponerme un delantal o una camisa blanca de papá y listo para curar a mis hermanos y a mis primos. Tampoco hacía falta recibirte de maestro: con un pizarrón y tizas les enseñaba letras y palabras.
Para ser piloto de avión sentaba a todos en fila, mi hermana era la azafata, mientras yo, desde un sillón al frente de todos, movía un viejo volante, daba órdenes y hacía toda clase de ruidos con mi boca.
También fui agente secreto: perseguíamos enemigos imaginarios y fumábamos cigarrillos de chocolate. A veces jugábamos a la payana, a las figuritas, a las bolitas, al balero y al yo-yo mostrando nuestras destrezas. Otras veces éramos policías o ladrones.
Cuando no había nada, nos gustaba jugar a las escondidas o a la mancha. Y si estábamos en el campo nos trepábamos a los árboles o cabalgábamos un rato. Lo más intrépido de esos años fue saltar pequeños obstáculos con el caballo o arrear vacas en la estancia de mi tío. Como recuerdo de esas hazañas, me quedaron unas pequeñas marcas en la frente por chocar con un arado que estaba recostado sobre una pared.
Recuerdo que en verano buceábamos en la pileta de lona tratando de salvar a un supuesto ahogado o buscando algún tesoro. Esas tardes eran divertidas.
De todos los juguetes que tuve, solo conservé los soldaditos de plomo, regalo de muchos cumpleaños y herencia de mis antepasados. Mis preferidos. Me gustaba pensar que mi colección era la mejor del mundo, o al menos de mi ciudad. Con mis amigos desplegábamos a los soldados con su artillería sobre montañas, valles y bosques fabricados con cartón. Mis intrépidos, Incansables y gallardos soldaditos luchaban contra países enemigos, en defensa de la justicia y la libertad.
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Las batallas eran memorables; a veces en el fragor de la lucha se nos rompían partes de ellos: un brazo, una pierna, la cabeza o un arma. Sentíamos en carne propia su dolor en la derrota y el orgullo cuando ganaban.
Una vez quise pegar sus partes rotas y casi provoco un incendio. Mamá, que casi nunca lo hacía, me puso en penitencia.
Papá nos contaba historias, pero las que más nos gustaban eran las del abuelo, héroe de guerra.
Cuando enfermé no quise molestar a mis hijos, y aunque se enojaron, les ordené ponerme en un geriátrico. Acá tengo amigos de mi edad con los que puedo conversar sobre nuestra época y reírnos de las travesuras juveniles.
Aunque amaba mi colección la doné al museo. Una vez al mes, mis hijos, me llevan a verla. A veces me acompaña alguno de mis nuevos amigos.
Cuando la rutina agobia y la angustia se clava en el pecho; cuando los sueños se esfuman como nubes, y el único pensamiento utópico que perdura es ser un poco feliz de vez en cuando, lo daría todo por volver a esa época. Entonces me siento en mi sillón y trato de rememorar alguna pícara aventura.

CUARTO PREMIO RELATO - CASTELLANO


                       ATRAPADA EN LA PARED- BEATRIZ ELIDA LACROIX

                              
Muy cansada por la mudanza, al departamento que compré con mucho esfuerzo, me relajé en un sillón que ubiqué contra  una de las paredes medianeras. Miro a mi alrededor y me invade la felicidad de tener mi propio nido, pequeño, de dos ambientes, recién construido y muy bien ubicado en la calle Dr. Melo y 25 de Mayo, en pleno centro de Lanús Oeste.
 Cierro los ojos para no pensar en nada que pueda entorpecer ese hermoso momento.
De repente escucho, tras la pared, una hermosa melodía acompañada por una guitarra y una voz muy romántica y dulce.
Tenía que levantarme temprano al día siguiente, por lo que tuve que dejar el sillón para darme una ducha e ir a la cama.
Cuando salí por la mañana miré la casona antigua, otrora muy elegante y  de dos plantas, ubicada al lado de mi edificio de nueve  pisos, para saber cuál era mi vecino, pero no pude ver más que el cartel de la inmobiliaria que decía: SE VENDE.
Soy diseñadora de modas de una firma muy importante y el trabajo, que me demandó una concentración absoluta a la investigación de la moda mundial, no me dejó pensar en la noche anterior.
Al regresar al departamento, vi el tentador sillón y me recosté en él para observar la calle por el ventanal y me sorprendí al escuchar,  de nuevo, la guitarra y las canciones del día anterior. Apoyé mi cabeza en el respaldo y me relajé con esa hermosa melodía que traspasaba la pared.
Pasaron los días y cada vez tenía más ansiedad por llegar a mi departamento y volver a ese estado placentero en el sillón, contra la pared musical.
Por trabajo, debí  viajar a Mar del Plata. En los quince días que estuve allí, me di cuenta de cuanto extrañaba esa música.
Como volví de noche, me precipité sobre el sillón para escuchar la música y a su intérprete, del que me estaba enamorando. Era tal el relax y la ensoñación que me producía. Como todos los días sus canciones las sentía como si me las dedicara. Cosa que me transportaba a mi juventud y a lugares de ensueño que disfruté en mis viajes. Me apoyé contra la pared, acariciándola y bailando, pensaba si del otro lado sentiría él  mis latidos y mis susurros.
Salgo a la mañana apresurada hacia mi trabajo, pensando en las novedades que traía de Mardel para  la empresa y cuando miro hacia
la casona, para saludar imaginariamente a mi “enamorado,” ahogando un gemido, veo desilusionada, que habían demolido la casona y en el lugar que correspondía mi medianera, solo había un cuadrado verde agua.
Pensé, que lo vivido la noche anterior, era fruto de mi cansancio y de mis ansias y que no volvería  a escuchar más a mi músico.
Al regresar, entré sin apuro y no me precipité al sillón, porque pensé que nada oiría. Pero cual no fue mi sorpresa cuando volví a escuchar la ¡“Hermosa música”!.... Besé la pared y me dormí en el sillón.
A la mañana siguiente, miré hacia la obra demolida y solo ví el cuadrado de pared verde.
Fui a la oficina y, mientras tomaba el café, pensé que todo podía ser fruto de mi imaginación, provocada por la soledad en que estaba en mi nuevo departamento.
Cuando por la noche volví dispuesta a no dejarme llevar por los sueños, al llegar al sillón, comenzó, nuevamente, la música encantada. Tentada, no pude dejar el juego de bailar y acariciar la pared. Cosa que repetí por varios días más.
Siempre al salir, miraba la construcción que avanzaba aceleradamente
Ya habían terminado la planta baja y estaban levantando el primer piso.
Otra noche, al llegar, me tiré en el sillón, como de costumbre, apoyé la cabeza en la pared y no escuché nada. Me quedé dormida esperando la melodía.
Por la mañana, cuando salí desalineada y triste, miré el edificio en construcción y ya habían llegado al segundo piso, tapando la medianera, dejando a mi melodía atrapada en la pared.




PRIMERA MENCION RELATO- CASTELLANO

Verdad, consecuencia. -- LORENA BRITO

     “Mentira. A ellos realmente no les importa. Es un show para cubrir apariencias. Para mantener sus beneficios y status. Ja ja, me quieren convencer…  ¡A zorro viejo con ese cuento!”
Él mantenía la presidencia de la empresa y la edad estaba limitando su poder. ¿Poder? Sí. Dinero, influencias, decisiones que día a día implicaban no sólo ganancias monetarias, sino cambios, pequeños pero tan importantes que ayudan al mundo a ser mejor.
“¿Pero qué van a entender éstos de ayuda? ¡Si jamás movieron un dedo por nadie más que por sí mismos!”  Siempre era la misma historia. Señor acá, Señor allá. Cerca sólo por ambición. Ni su único hijo pudo escapar a esa enfermedad. Ahora pretendía separarlo de lo suyo. Manejar todo a su antojo y relegarlo a un rincón en el que no pueda opinar ni molestar. Tantos años de trabajo para que vendan todo y los empleados que realmente llevan adelante la compañía se queden en ascuas.  “Si hubiera algún modo de asegurar sus puestos… Me vendría bien un descanso.” Pero enseguida desechó la idea.
     Esa mañana había dejado su sencillo departamento antes del horario acostumbrado.  Necesitaba algo de bullicio. Cruzó la calle y se sentó en un banco de la plaza, debajo de un gran jacarandá que rebosaba de flores, a escuchar el canto de los pájaros. Era noviembre, pero estaba seguro de que esa brisa de madrugada conservaba el frío del último invierno para él.
Y la vio.
La vio escribiendo en un cuadernito anillado.
“Raro. No tiene un celular en la mano. Una imagen anacrónica.”
Todos sus pensamientos acerca de la empresa y su futuro se desvanecieron y dieron paso a una curiosidad cada vez mayor que apenas pudo disimular. Pocos momentos le regaló el destino para apreciarla, pues ella guardó sus cosas, consultó la hora en su reloj y se fue caminando hacia la escalera que bajaba al subte. Quiso seguirla pero la perdió pronto entre la gente que, apurada, comenzaba a invadir la ciudad.
Cuánta desazón… claro, con su juventud… ¿cómo pretendía alcanzarla?
Y resulta que ahora la tenía delante de sí. Allí. En medio de la junta. Silenciosa y tan atractiva como en la mañana. Hasta conservaba la frescura del amanecer y ese escote que le provocaba cierto vértigo. Asistente de quien intentaba quedarse con su imperio.
“Bah. Todos iguales. Todos. Ella también.” Mas lo envolvía su aroma suave y lo hacía descreer de sus pensamientos. Miraba sus manos finas posándose sobre la pantalla de la tablet con la delicadeza de un suspiro.
     Los acuerdos no se lograban. Su hijo lo presionaba y en su pecho comenzaba a sentir un agotamiento desconocido. No podía concentrarse, enfocarse en su trabajo como toda la  vida había hecho.
Pasaron dos días. Al tercero volvió a salir temprano. La misma plaza. El mismo banco. La misma imagen: ella escribiendo. Y sus cabellos caían sobre esos hombros que, definitivamente, quería probar.
Esta vez se acercó. Ya no era una desconocida, pese a no haber intercambiado más que una fría presentación.
Tenía una voz sedosa que le dio la bienvenida a una situación inesperada: se escuchó a sí mismo amable y cálido. Alegre como hacía décadas no se había sentido.
-¿Escribes?- le preguntó.
-Es mi modo de escapar a lo cotidiano. A la obligación- y quedó con la mirada perdida hacia el césped aún húmedo de rocío.
No hablaron de la empresa. Sí de la vida, la ciudad, el mundo y el arte.
-¡Oh, la hora! Debo irme, adiós.- Y se alejó en idéntica dirección que días atrás. Él la miró correr bajo una fina llovizna que antes hubiera detestado.
Pero los encuentros se hicieron diarios y el primer adiós se convirtió en hasta pronto, hasta mañana y hasta luego. Con el correr de los días ambos sintieron el deseo de verse y escucharse. Sonidos que vibraban en el alma.
Sin imponerse, la situación de la empresa fue haciéndose presente en la conversación hasta que  juntos reflexionaron las posibilidades, ventajas y desventajas.
-¿No te das cuenta- decía ella- que tenés en tus manos la llave de la libertad? Qué más podría yo desear sino el hecho de no estar atada a una rutina estricta, a una necesidad de ganar el pan para no pasar hambre, retornar a un lugar ajeno al que no puedo llamar hogar, y por eso tolerar humillaciones o desplantes desubicados, soportar a los que se creen más a pesar de la preparación y el esfuerzo personal…
-Soledad. Tengo la llave de la Soledad. Ahora al menos me consideran y respetan. Conozco a cada empleado. Sus vidas y anhelos. Siempre intenté sentirlos algo así como una familia. Sin la empresa… ¿qué soy?
-Alguien que podría disfrutar sin rendir cuentas, recorrer el mundo para apreciarlo y seguir aprendiendo, enseñar a otros a emular su éxito pero no sus errores.
-Me siento agobiado. Quizás tengas razón.
Quedaron prendados uno del otro en una mirada infinita.
Habían encontrado la excusa perfecta para alejarse. Habían encontrado su fénix.

     Tras duras negociaciones (pues no era cuestión de hacerle fácil el camino a la ambición) en las que incluía una especial atención a sus empleados, y una renta no cuantiosa, pero suficiente para sí. Él fue abriendo sus horizontes a nuevas sensaciones y experiencias… similares a aquellas que le habían dado ímpetu en su juventud.
“Viajaré y daré conferencias y charlas. Seré fiel a mi idea de que los pequeños actos, pueden hacer del mundo un lugar más interesante y ameno.”

     -Misión cumplida, Señor- dijo ella a su jefe, algo desganada.
-Impresionante éxito... Pero no me sorprende. Inteligente, atractiva y audaz. Aquí está su cheque. Mañana hablaremos de su rol en la nueva gerencia – Mirando al codicioso hijo del empresario, el magnate levantó una copa a modo de brindis sobre el gran escritorio de roble lustrado. Salió de la oficina aliviada, sin preocuparse en mirar el monto escrito en el papel. No iba a dar aviso, no la dejarían ir tan fácil. Sólo un telegrama de renuncia y ya.
Volvió a su residencia y entregó el dinero. Harta estaba de los reproches. ´Acá vivís de arriba, puro gasto y nada de retribución, te criamos como a una hija y qué ganamos, en algo andarían tus padres al desaparecer sin rastro…´ ya era el colmo.
-Esto compra mi libertad. Hasta nunca.- le escucharon decir, atónitos.

Las últimas luces doradas bañaban los senderos de la plaza.
Él la esperaba en el banco de todos los días. Ella no faltó a la cita. Nunca volvieron a separarse.

     -¿¡Por qué este final?!- dijo el editor- No venderá. Habrá que cambiarlo por algo más realista, como el resto de la historia. ¿Qué joven en su sano juicio dejaría una ascendente y prometedora carrera en una empresa por quedarse con un anciano sin poder, ni progreso económico?- Con media sonrisa,  ella tomó la carpeta y se marchó. “Yo” pensó. “Y soy feliz”.

SEGUNDA MENCION RELATO - CASTELLANO


El niño insomne-  ANA LEGUISAMO RAMEAU


El pequeño Tiago  no podía dormir aquella noche. Eran las 00:00 y todavía seguía dando vueltas en la cama. Su mamá le había contado un cuento de piratas para incentivarlo al sueño pero tantas películas de acción y suspenso habían dejado a Tiago inmerso en un miedo irrecuperable de espanto.
Miró el techo y fijó la vista en el punto osucro descascarado. Intentó distraerse pero vio que adentro de esa pequeña cáscara negra, un hombre horrible lo espiaba y le hacía muecas. Incluso hasta lo había insultado. Tiago hubiera querido desquitarse y cobrarle revancha a ese mal educado pero se cayó la boca y no dijo nada porque era de noche y, cuando el tiempo avanza al filo de las 00:00, todo es mucho más vulnerable. A la medianoche, las historias de suspenso de transforman en películas de terror en contra de quien las inspira, y como Tiago era un gran inspirador del thriller, tuvo pánico que ese viejo fantasma del techo bajara y cobrara su propia vida.
Tiagio tenía prohibido encender la tele. Era orden de mamá y papá, pero el hombre del techo hacía ruido con sus dientes y la mirada fatal de amenaza lo obligó a no cumplir la petición de sus padres, entonces prendió la TV y todo cambió. Adentro del aparato, las secuencias del Cartoon Network , mostraron infinitas escenas de dibujitos que distrajeron la memoria temerosa de Tiago. Allí, su mundo fantasioso se transformó, y pronto los pensamientos quedaron anclados en historias hermosas. Casualmente había estado dando vueltas por el bosque el conejo Rabito, un roedor blanco con ojitos rojos que bebía miel y comía zanahorias maduras.
Hola, Tiago – dijo Rabito desde adentro de la tele – Parece que el viejo del techo no te deja dormir, ¿verdad? – Tiago negó con la cabeza como haciendo pucheros y entabló un diálogo con el conejo blanco.
          “Mañana, cuando amanezca, aprieto la cascarita del techo así vuela el viejo”  - pensó Tiago pero el viejo del techo ya había adivinado sus pensamientos y comenzó a bajar desde una telaraña blanca para asustarlo aún más.
Ni se te ocurra meterte con mi amigo – gritó Rabito y saltó desde adentro del aparato, y se abalanzó sobre el viejo del techo.

En la desesperación de la lucha, el viejo del techo se tranzó con Rabito y ambos quedaron sostenidos en la madeja blanca de la telaraña entonces, desde el centro de la misma, apareció la araña Tuly y dijo:
-       ¿Ustedes creen que esta obra de arte enmadejada, que me costó una semana tejerla, va a ser el centro de lucha de dos incivilizados? La he diseñado especialmente para presentarla en la exposición del Bellas Artes. Ya mismo se van de aquí los dos – entonces mostró dos pinzas filosas que chorreaban veneno verde y los luchadores se echaron hacia atrás.

Esa habitación había sido en tan sólo unos minutos, un sitio de anarquía entre realidad, fantasía y terror. Al otro día, cuando el sol apareció con sus primeros brazos por entre las sábanas de Tiago, el dorado de sus alas lo despertó. Luego, mamá abrió la puerta y le trajo el desayuno.

Tiago iba a la escuela por la tarde, por lo cual disponía de un tiempo a la mañana para ver un poco de tele, entonces su madre la encendió y el niño quedó fascinado en su mundo infantil del Cartoon Network.
2

 Sólo un poco – le aclaró mamá – Luego del desayuno, apagarás la tele y harás los deberes.
Si, ma – respondió y fue derecho al canal del conejo blanco. - De pronto, Rabito apareció en medio del bosque y saboreando una zanahoria bien naranja, le preguntó.
¿Qué hay de nuevo, viejo? ¿Sigue allí el hombre del techo? – ..  y Tiago negó con su cabeza. El viejo del techo se había ido pero sólo aparecía por las noches, cuando los niños tienen miedo porque de día, no tiene gracias asustar a los demás. Las historias de terror se tornan patéticas cuando los niños quedan vulnerables al filo del cielo negro.

Eran las 00:00 del viernes, cuando las brujas y los monstruos comenzaron otra vez atacar la cama de Tiago. Ya no era vida esa situación, entonces Tiago llamó al conejo blanco y le planteó su situación. No podía dormir. Rápidamente, el conejo ideó un plan y pidió una reunión con la araña Tuly. Tuly era Gerente de una Empresa Textil por lo cual no le daría entrevista al instante, entonces la fecha se programó para un mes adelante. Al conejo se le exigió una presentación de proyecto para el plan, no vaya a ser que la gente tildara de informal y poco intelectual a Tuly. Rabito cumplió paso a paso los requisitos porque había que deshacerse del viejo del techo, entonces (al cabo de un mes)  Tiago, Rabito y Tuly organizaron una emboscada para sacar definitivamente al viejo del techo.

Ocurrió una noche fría de tormenta, rayos y truenos que, siendo las 00:00, Tiago quedó en medio del silencio atroz. Mamá ya le había dado el beso de las buenas noches y ahora sí que quedaría a la deriva otra vez, aunque lo tranquilizaba saber que, al encender la tele, vería a su amiguito: “el conejo blanco”.
Los relámpagos tiñeron de azul la habitación del niño y fue allí cuando se cortó la luz. La térmica saltó y de un tirón apareció el viejo del techo. Bajó hacia la cama y esbozó una carcajada de terror. Tiago yacía adentro de la cama, metido en medio de almohadones y colchas. Los truenos sonaban como gorilas enfurecidos y el fantasma del techo se llenó de poder. Se metió en la cama y forcejeó con el niño entonces Tiago quiso gritar pero su voz quedó apagada por el silencio. En las pesadillas es normal que los niños griten y no sean escuchados, entonces pensó en sus amigos Rabito y Tuly. Al instante quiso encender el televisor para comunicarse con el conejo blanco, olvidando el corte de luz pero, de pronto, quedó forcejeando con el viejo del techo. Su desesperación fue tal que Tiago pensó que perdería la lucha y esta vez sí que el mal triunfaría sobre el bien.

Avanzada la oscuridad infernal de la noche, un rayo de sol entró por entre la ventana, entonces Tuly se montó sobre él y encendió la térmica. La luz trajo el televisor encendido y allí apareció Rabito, quien saltó de la tele para ayudar a Tiago.

Gracias, Señor Sol por alterar la normativa natural de la noche y ayudarnos a ver la luz – dijo Tuly, y el sol sonrió por su obra de bien retirándose de la habitación, mientras la oscuridad otra vez quedó plasmada en la habitación, entonces los amiguitos vencieron al viejo del techo, quien se esfumó presuroso porque el rayo del sol le había descubierto el alma negra y fea y, de de modo, habían logrado hacerlo desaparecer definitivamente.

Al instante, los amiguitos festejaban en el umbral de la mañana riéndose, jugando y saboreando un exquisito desayuno de zanahorias y cereales. Había motivo para estar felices porque, una vez más, la naturaleza había cambiado su curso hacia la normalidad y, como en todo hecho natural, el bien había triunfado sobre el mal.

TERCERA MENCION RELATO - CASTELLANO


La Misteriosa Mujer- ANAN GRACIELA INCOSTANTE
El tren llego a la estación, Lucrecia lista  a subir con una pequeña valija de cartón y   bolso en mano salió rumbo a Buenos Aires o a la Capital, como decía.
La despedida fue dura, un prolongado abrazo y un montón de consejos, consejos de viejos sabios que a pesar de no haber salido de su pueblo tenían experiencia  de vida.
El viaje fue largo, el termo y  el mate fueron  sus compañeros, se paso la noche mirando por la ventanilla,  de tanto en tanto por sus mejillas corrían lagrimas de dolor y  temor, dolor por alejarse de sus seres queridos y  temor por ser su primera aventura.
 Lucrecia nunca había viajado, esa era la  primera vez que se alejaba del hogar paterno, su consuelo era llegar a la Capital y re encontrarse con su hermana Amparito que supuestamente se encontraría   en Buenos Aires.
No podía dejar de pensar en las palabras de su madre que mientras la abrazaba, llorando le aconsejo. “Usted mi hijita no hable con gente extraña, vaya calladita la boca, muestre lo que su madre le enseño, sea obediente y nunca olvide lo que aprendió” que no anden diciendo por ahí que la Lucrecia es una mala persona, no no mi hijita, usted siempre calladita la boca, que seguro alguna patrona la estará esperando al bajar en Retiro, Y no sea ingrata como su hermana, que nunca nos escribió una carta para contarnos lo bien que esta, seguramente ya se adapto a la capital y a su gente y no recuerda más a su pueblo y mucho menos a sus familiares,  esas palabras resonaron toda la noche en sus oídos.
Luego de muchas horas de viaje, ya casi al mediodía del día siguiente  comenzó aparecer ante sus ojos   altos edificios, avenidas  y transportes que casi no conocía, comenzó a soñar, a soñar despierta mientras   con su mano en el bolsillo apretaba el viejo rosario de comunión que  su abuela le había regalado para que la proteja y cuando se sintiera  triste le pida a Dios que la acompañe.
Soñó, soñó despierta, no imaginaba que esta ciudad no era como le habían contado, a medida que se acercaban  les informaban por alto parlante que se aproximaban a la Estación Retiro, su destino.
Al llegar, muy asustada tomo su valija con sus pocas pertenencias, bajo del viejo tren, miro a su alrededor como la gente se abrazaba, ella estaba sola sin saber a dónde ir, solo tenía en sus manos la dirección de un viejo conventillo que le había dado una amiga de la familia.
 No fue necesario, al quedarse  unos minutos en el andén de la estación, se le acerco una señora muy bien vestida se presento muy cariñosa y amable, le ofreció trabajo como  ama de llaves, y le dice que dormiría en el cuarto de su hija que ya no estaba  y un sueldo que superaba varias veces sus pretensiones.
Se entusiasmo, pues las fotos que le mostro eran algo así como un cuarto de princesa , una cama y un tocador  que no conocía, se dijo a ella misma, de dormir sobre una frazada en el piso a esto, soy una reina, gracias Diosito por lo que me brindas.
Caminaron unos metros mientras charlaron de bueyes perdidos, se acercan a la larga fila de taxis, le ordena a un chofer que cargue a la chica y la siga, le comenta que no la puede subir a su  auto, su ropa esta tan desprolija y manchada que no puedo llegar a casa con ella en esas condiciones.
El taxista se apiado de la muchacha y mientras viajaba trataba de indagar sutilmente de donde venia y para qué, algo le hacía desconfiar de la situación lo medita unos instantes  y le dice que tenga cuidado, que quizá la señora no sería su mejor elección, que en Buenos Aires hay mucha demanda para tareas domestica que no se apure en decidir, que no crea  en todo, que se cuide mucho.
 Lucrecia  lo escuchaba atentamente pero  recordando las palabras de su madre al despedirla  sintió temor de hablar, el taxista respiro profundo, se presento, le dice me llamo Luis y vos, Lucrecia  le respondió con mucho temor,  ¿Vos, conoces a esta señora?
Solo un gesto fue necesario para  crear más  dudas en la cabeza de Luis quien desconfiaba de la misteriosa señora,  comenzó  hacer memoria de las veces que la vio, siempre la veía  escondida detrás de alguna columna del andén cuando llegaban los trenes, eso lo llevo a preguntarse ¿Porqué esta señora siempre la encuentro en el mismo sitio? Y siempre se va con alguna chica  que nadie espera al llegar?
Insiste con su pregunta   Lucrecia ¿conoces a esta señora? Ella se anima y con vos atemorizada le responde, no, es mi nueva patrona, parece buena la señora no? me ofreció trabajo, un sueldo y un cuarto de princesa, me mostro la foto no sabe qué bonito, yo vine a Buenos Aires para trabajar  y también encontrarme con Amparito,  mi hermana, acá tengo una foto mire que bonita es, ella se vino a la capital hace varios meses, parece que le fue muy bien, abra agarrado un buen  trabajando no ha mandado ni una carta, ¿Le estará  yendo  bien  no? tendrá tanto trabajo la pobre que quizá por eso no tiene tiempo para escribir, mama se va a poner contenta cuando la encuentre y le mandemos una foto juntas,  Luis  reconoció ese rostro el  creyó haber llevado a esa muchacha en similar situación con la señora misteriosa, ya no le quedaban dudas.
La miro con pena y temor  por no saber donde la iban a llevar, al cruzar las vías nota que hay un auto  estacionado con tres señores, la supuesta patrona le hace un giño con sus luces para que haga bajar a la muchacha, Luis no obedece  esa orden, pone el pié en el acelerador haciendo  una brusca maniobra  pidiendo auxilio a los que allí pasaban, los  caballeros bajan del auto con arma en mano y  comienzan a dispararle al auto de Luis, el solo se apresura para llevar a la chica a un lugar seguro.
La suerte estuvo de lado de Lucrecia  un patrullero se cruza y  al verla tan desesperada para al auto pide se identifiquen, la chica temblando se larga a llorar, con su voz entrecortada relata los hechos..
 Luis le pide  por favor le muestre la foto de Amparito a las autoridades, cuenta lo sucedido y notifica que  quizá el había llevado a esa muchacha como a otras tantas, él o algún compañero de parada con la misma mujer.
Ya no quedaban rastros de la misteriosa señora y los  caballeros, no había pista firmes, solo pequeños cabos sueltos que no conducían a nada.
Lucrecia  fue llevada a un lugar seguro hasta tanto pudo volver a su pago, a su hermana Amparito como a otras tantas chicas, aun las están buscando.

CUARTA MENCION RELATO- CASTELLANO

La foto del patio…- JUAN CARLOS VIALE

            Según la pantalla gigante del LCD hoy es un día soleado; pero, como mi casa quedó incrustada entre dos edificios inteligentes, siento que me cubre la sombra de los avances tecnológicos…
            Estoy inquieto, ¡no aburrido!, pero sí inquieto; no hay manera ni argumentos para aburrirme en esta casa, donde nací y he vivido y vivo todas las lecciones de la vida (con alegrías y tristezas); y donde siempre encuentro algo para hacer.
            Para saciar mi inquietud me esfumo de mi lugar común, me deslizo sigilosamente entre los muebles y vuelo al desván donde aprovecho para limpiar y acomodar algunas cajas, entre las cuales encuentro una con fotos que me sirve para revivir hermosos recuerdos; recuerdos que flotan junto a mí ayudándome a disfrutar el presente…

            Veo una foto del viejo patio, con el piso de ladrillos y la glicina apoyada sobre una glorieta, observo a mi Abuelo parado, portando su bicicleta junto a mi Abuela que luce un batón oscuro, y… varios enanitos (criaturas) que los rodean, entre los cuales está mi hermano, unos primos y también yo.    Veo y me imagino escuchar la campanita que anunciaba la presencia de alguien en la puerta de alambre de la entrada.
            En frente del patio, sobre la vereda que da a la zanja de la calle de tierra, había dos árboles que se transformaban en un arco de fútbol y donde Buticce (mi ídolo de aquel momento) cada vez que le hacían un gol tenía que ir a buscar la pelota entre las flores del jardín de la Abuela y, por supuesto, tenía que bancarse los retos de la Abuela primero y de la Madre después…

            Sigo ordenando fotos y encuentro una que me trae las imágenes de un cumpleaños, era el festejo de los 18 años de mi hermano mayor.
            Algo que movilizó a toda la familia, a todo el barrio…    Los tachos de 200 lts. cargados con Crush, Coca, cerveza Quilmes y sidra, desbordados por los pedazos de las barras de hielo gigantes partidas a mazazos.
            El patio cubierto con las lonas del camión del Tío, y todos bailando al ritmo de los LP de Música en Libertad y del Cuarteto Imperial que brotaban del WINCO a todo volumen…
Hasta me parece percibir el aroma a asado y el olor a humo de la parrilla que se ve al fondo.

            Al seguir revolviendo fotos encuentro otra del patio, y lo veo distinto.              El piso ahora es de baldosas en vainillas, la glorieta y la glicina fueron cambiadas por una rosa china y la campanita de la entrada por un timbre eléctrico.
            Están Mamá y Papá, y yo con mi impecable traje de Conscripto a punto de volver al Cuartel después de un franco…          Recuerdo con qué sentimental orgullo me despedían hasta el próximo fin de semana.
            Ahora me doy cuenta que el destino quiso que esté en medio de dos hechos históricos, cumplí con mi Servicio Militar después del conflicto con Chile por el Beagle y antes del conflicto con Inglaterra por Las Malvinas…

            Siguen apareciendo sobres, y sigo acomodando fotos. Ahora aparece otra foto, también del patio, y me hace recordar que Papá ya no está.
            La calle de tierra se transformó en asfalto y la zanja fue reemplazada por una red cloacal.        Menos mal que todavía quedan los árboles, aunque ya nadie los puede utilizar como un arco de fútbol por el intenso tránsito (a pesar de los lomos de burro que logramos que colocaran).
            En esta foto me veo junto a mi Esposa, a mi hija en su bicicleta Aurorita rosa y a mi hijo (bebé) sentado en su zapato andador.


               Estuve tan entretenido que el día se me pasó volando, igual que la vida…     Así que acomodo esta última foto y me voy a dormir.
            Es una foto actual del patio (o lo que queda de él), los árboles fueron reemplazados por postes de estacionamiento medido automáticos y al viejo timbre lo reemplazó un portero eléctrico con cámara de seguridad.

            Además también veo a mis nietos metidos de cabeza en una pequeña computadora.   Me siento muy feliz al verlos; pero…, que lástima,  yo ya no me veo en la foto del patio…

QUINTA MENCION RELATO -CASTELLANO

            EL CANTOR SIN NOMBRE          - RAUL OSCAR D/ALESSANDRO    
           


                       
            Cuentan que en esa noche de lluvia nadie lo vio llegar. Pidió una copa señalando la guitarra sobre el mostrador y el cantinero asintió un permiso. Ante la curiosidad de los parroquianos el forastero pulsó el instrumento y vibraron las cuerdas pidiendo atención.
            Un silencio sacro se instaló en el recinto ante agudas miradas tratando de atinar su procedencia, a juzgar por sus rasgos, debía ser un pampa sureño; o un mencho del litoral. Quizás fueran andinas sus facciones. Resultaba imposible descifrar su origen, el rostro era un caleidoscopio mutando en ángulos de su perfil.
            Hubo un rasgueo tenue y la caja de resonancia le devolvió un arpegio; hizo prevalecer su voz sobre el silencio, y encaramó su copla sobre la espesa selva, navegó ríos de corrientes bravas, trepó cuestas agrestes de piedras azules, y fue arriero en el arenal. Pescador canoero en el palmar, y cosechero de caña dulce.
            Taló quebrachos en los montes duros, y cruzó salinas de mortajas blancas donde quema el sol. Domó potros. Sembró trigo.
            Cantó de paisajes, y gente.
            Cantó de niños en brazos de madres, y danzas gallardas en patios de tierra; de besos mozos a flores de campo, y lluvias ingratas que inundan cosechas.
            Le cantó al mar, y las sierras.
            Al gaucho errante de horizontes anchos, y al hombre de río que siembra espineles; al tape del monte que enarbola su hacha, y al silencio que trasporta el colla por el altiplano. Al resero solitario peleando ventiscas, y a la mujer amante que espera la noche para entregar su estrella.
            Cantó del pan, y la vida.
            Cantó con dolor profundo del que nada sueña, a la esperanza austera de los originarios, a los falsos dueños de la tierra libre, y al sentir profano que da la avaricia.
            Guardó silencio al beber su copa, y cautivo de un embeleso se detuvo el tiempo.
            Repasó el entorno con fugaz mirada, y selló el momento al decir...
            - Yo soy.
            - Yo soy llano, y cordillera. Viento zonda, y nieve eterna. Arriero de sueños. Jirón de emblema. Soy llama que quema la puna, y anido en caldenes al caer la tarde sobre una vihuela. Soy viento que mece el trigal, y arco iris de cascada. Gemir de copla, y estridente sapucay.
            - Letanía de baguala. Pañuelo de amor en zamba.
            - Soy la sangre nativa de raíz ancestral; soy la voz del silencio buscando el futuro, un aliento de vida que empuja mi raza hacia su destino. Una huella sin caminante.
             - Soy un viento sin retorno.
            La última nota sentenció su despedida.
            Ofrendó la guitarra sobre la mesa con gesto solemne, y se retiró en silencio cargando el misterio que había traído.
            Cuentan que se fue por la calle del pequeño pueblo sin dejar rastro; se perdió en la noche el cantor sin nombre.
             Nunca se supo de el.
            Cuentan, que se lo tragó la tierra.


PRIMER PREMIO POESIA - ITALIANO

VIAGGIARE, TORNARE …CARLA BARLESE

    

Camminar su
 sabbia brunita da raggi infocati,
 tappeti di granchi  bramosi d’amore,
conchiglie lucenti tra alghe verdastre,
ondate  incessanti  di ultime  fiabe.

Ammirar
 palme  e cespugli in preghiera,
orizzonti  con trine e arabeschi  di luna,
uccel messaggeri di pace e d’oblio,
montagne innevate  da sempre tradite.

Inebriarsi
 di fresca lavanda e di zagara in fiore,
del the appena colto, benedetto dal sole;
gustar cibi speziati, bevande odorose
e dolci fragranti al miele di acacie.

Sorridere
 al  bambino dal futuro negato,
al solitario pastor della steppa  brumosa,
alla   donna velata dai magnetici  occhi,
a giovani ardenti con la febbre nel sangue.

Ballare
 su  note flautate di nostalgici tanghi,
passionali flamenchi  e rapidi abbracci ;
  melodiosi   canti  in notti stregate,
struggenti sospiri a preludi di stelle.

Parlar
 d’  emozioni vissute in fumosi bistrot
fino all’ alba imperiosa,  pulsante di vita
 e poi  corse affannose per l’ultimo treno,
convulse valige ,  a stento portate.

Tornare
stanco di un continuo e ormai faticoso andare
nel borgo  culla  della   vital essenza,
 testimone dell’autentica mia storia,
su misteriose trame ripercorro antiche vie
e nell’avita casa lo spirto gitano  alfin si  placa.