“ CARTA A SUS MAJESTADES LOS REYES DE LA INFANCIA “
Jose Reinaldo
( Que nadie borre de la boca de los niños la sonrisa que augura un mundo de
dicha para todos/as. Que la paz apague todo el fuego de guerras y cruentas
divergencias.)
Majestades:
Este niño que habita desde hace setenta años en un cuerpo de un hombre os
escribe esta epístola llena de ilusión pues, gracias a mi presencia, este ser sigue
manteniendo viva cada día la esperanza de un mundo solidario . Mi petición va
dirigida a los tres, pues pienso que hacerlo solo a uno sería casi discriminatorio.
Disculpad que no redacte esta misiva a mano y con pluma de ave, como sería
normal en los tiempos de nuestro excelso D. Miguel de Cervantes Saavedra, pero,
comprended admirados Reyes , que hay que vivir de acuerdo a los tiempos y
también espero que este heraldo al que entrego la misiva , el céfiro navideño, bien
sepa que mi expresión, dada mi edad, mi escasa formación cultural y los problemas
visuales que me afectan no puede compararse con el grandioso y bello estilo
cervantino, pero también hablo en román paladino y, como niño que soy, seré
conciso y claro. No valen circunloquios, eufemismos ni metáforas , hay que llamar a
las cosas por su nombre y calificarlas por su esencia.
Deseo que el regalo que os demando lo pueda compartir con todos los niños del
mundo, como bien saben vuestras majestades, no sirve de nada ser egoísta y hacer
peticiones para uno, lo que es de uso individual lo debe ser para la colectividad.
Ruego que no me traigáis en las alforjas de vuestros camellos nada material, esos
cargamentos son excusados e innecesarios , pues en unos días pasarían al
“Testaccio” colectivo. Hay que contribuir a eliminar el derroche consumista que
solamente aporta más diferencias sociales y contribuye a que la pobreza y la crisis
mucho más se agudice en este mundo. Lo que si es necesario es que en el
próximo año no me dejéis carbón pues no deseo que me acusen de contaminar el
planeta con energías poco ecológicas. Hay que, según acordaron en la última
Cumbre , reducir a tope el uso de combustibles fósiles. La única energía que
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pretendo me aporten es la de los sentimientos esa que es renovable, limpia y pura ,
por eso en Navidad hay que aprovechar para fomentar los lazos solidarios .
Os estaréis preguntando qué quiere este niño que decía iba a ser claro y escueto
y más dificultad os supone entenderlo. Bien, amados Reyes del gran reino de la
infancia, tenéis razón; resumiré para no perderme en el piélago de las palabras
.Deseo que traigáis el “Libro de los Valores”. Sí, ese que es muy parecido al
Quijote , pues, tanto uno como otro, son imprescindibles para saber vivir. En cada
hogar de nuestro país , y si puede ser del mundo, que no falte un ejemplar de estos.
Yo , como saben, os lo he pedido en otras ocasiones, y siempre me habéis dejado
una nota que decía: “ El Quijote ya lo debían tener en tu hogar y el Libro de los
Valores también, sin ellos, amiguito, no hay familia.”
Es verdad, en mi casa tenemos ambos manuales y los trasmitimos de generación en
generación por eso, nuestros lazos familiares son sólidos y firmes , pero deseo
que me traigáis la nueva y actualizada edición, esa que, como es gratuita, nadie
valora y , lo que es peor, hay quien arranca sus hojas y las tira al aire en añicos. El
Libro de los Valores aunque tiene muchísimas páginas no es voluminoso y su
lectura es comprensible y sencilla a pesar de que en la actualidad muchos no
entienden nada y si lo leen no lo aplican por eso el orbe está siendo sometido y
subyugado por la violencia, las guerras , …
Por favor, disculpad, me ha caído una gotita de lágrima en este papel , pero ella
es insignificante comparada con las muchas que brotan de ojos de inocentes que
sufren por el dolor que le causan los múltiples Herodes . Sequen esas lágrimas y
los terribles ríos de sangre que tiñen, ahogan e inundan la Tierra . Que el aroma
de la paz sea como gota de rocío que espera en la flor de las vidas el rayito de sol
de fraternidad que el mundo tanto necesita para que luzca la concordia y unidad
en la pluralidad.
Un abrazo de un hombre- niño que siempre tendrá abierto el Libro de los Valores
para que se divulguen y hagan que el orbe sea una gran familia nuclear pero
universal. El mejor capital no son los dineros, es el amor y ese, bien saben ustedes,
que al Señor fueron adorar, es el que se presentó entre pastores en un pesebre de
Belén, el Niño Dios , que debe habitar en todo humano corazón.
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No permitan que el hermoso jardín de la infancia sea contaminado, esquilmado y
destruido por la peor plaga. Por favor, no quiero envolturas coloristas hipócritas de
cajas que contienen odio, envidia y discriminación. El regalo que precisamos es que
no se corten las alas de la humana libertad y que el sueño infantil sea siempre
real, tierno y dulce y nunca dramático y trágico .
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