martes, 5 de septiembre de 2023

MARIA ISABEL PEREZ - ESCRITORA POETA

                     MARIA ISABEL PEREZ





“Fui un pasado”

Me vas a llamar con tu cálida voz
De hombre convencido de su fortaleza.
Me vas a buscar por los rincones de nuestro cuarto
Oliendo un perfume, una imagen
Una sensación que se torne realidad

Y no estaré en las rosas...
Cruzando bajo la lluvia del otoño

Las calles empapadas, embarradas de pisadas cansadas
Entre el pasto tierno de cada amanecer.
Compungida por tan tamaño despliegue de color

No estaré lavando tus manos
Con el agua cristalina como manantial eterno
Que lleno tus horas de calidez plañidera
De fuerza y empuje a lo largo de un camino

De mil y un sonidos.

Un aliento sentirás, y volverá tu espalda pensando en mis besos
Una voz escucharas, cuando el viento alise tus cabellos
Y volverán tus labios para contestarme
Tus ojos profundos reflejarán los míos
En las mil y una miradas que a tu paso salgan

Pero simplemente seré un recuerdo
Invisible y penetrante
De un tiempo que paso y se fue.

LOS BUSCADORES DE SOMBRAS


MARÍA ISABEL PÉREZ


Siempre estuvo en la sala de espera,

con los ojos dulces lejanos y en mi mente, reteniendo al que era.

Sin pensar esperó la caída de sus pesares despreciando

ilusiones,

pedía un destino, reflejo agrietado de soles resecos,

confundida con el olor de la tierra.

Sabiendo que pocos amaneceres tendría en sus manos...

buscó entre las nieves de trenzas antiguas una calle soleada

una lisa pared blanca de casa de pueblo

una huerta iluminada por la luna.

Sin mover los labios terrosos me llevó por calles cortadas de

soles neutros, intensos e inalcanzables amaneceres,

Bajadas y subidas de rojas planicies heridas alguna vez por

heladas caídas.

Llegó a la iglesia del pueblo también blanca,

cálida y perdida entre diálogos y palabras que se estiraron

retozando en los colores azulinos de las anécdotas con

cansancio...

Los amaneceres parecían mezclarse en un hechizo continuo

con las miserias de su pueblo.

Fue en aquella mañana cuando su voz quedó colgada en el

paisaje repitiendo...

...Dos cuerpos se encontraron

en la vereda del mundo

uno de ellos corrió

y en el mar se calló

sin prisa y sin pausa

el otro en las sombras se internó

en el mar de la duda

decepciones padeció

besando la tierra

en el silencio se instaló

dos cuerpos surgieron

de la vereda del mundo

uno ahogado en el mar

y otro presto a la lucha...

de amaneceres continuos.

Ella se quedó en los amaneceres irreales de aquel pueblo en

sombras.

De pronto la vi alejarse, seguí soñando

sentí el olor de los arroyos corriendo en las montañas

y esa iglesia con campanas viejas llamando a los años.


El ruido de una puerta me trajo a la realidad

un número se escuchó

se levantó con el mismo cansancio liviano de quién va a

encontrarse con el alba.

Paso a mi lado, respiró el ardor interior

y el aliento cruzó el pasillo,

se hundió en el hueco de la puerta...

y desapareció su vida.




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