sábado, 6 de agosto de 2016
viernes, 5 de agosto de 2016
Entrega de Premios del cuarto concurso literario, del Rotary Club de Flores, -publicado tambien en Foro de Baires.
miércoles, 3 de agosto de 2016
CONCURSO LITERARIO-COMENTARIOS
Oggi a Buenos Aires la premiazione del Concorso Internazionale, promosso dalla prestigiosa Associazione Rotary Club Flores. Desidero di cuore e dal cuore ringraziarVi di nuovo tutti per il Primo Premio assegnato alla mia poesia-Viaggiare, tornare- dedicata al caro paese natio, Torrice in provincia di Frosinone. Programmato di essere lì con Voi, avere il piacere di fare conoscenza e soprattutto condividere una grande gioia ; purtroppo è sorto un problema , gli eventi spesso decidono per noi. Immenso dispiacere.
Allego alla presente un mio curriculum e un video, cosicché, qualora lo vogliate, mi possiate conoscere anche se in modo virtuale.
Il video girato a Roma, in occasione della Laurea in ingegneria di Roguer Coz, un mio carissimo alunno peruviano, precisamente di Lima, al quale ho scritto, dedicato e recitato una poesia in romanesco, Sono sicura gli farà piacere se la dedica la estendo in senso lato a tutto il Sudamerica, tierra maravillosa.
Sempre i miei più vivi complimenti a tutti : Promotori e Partecipanti ; in particolare all'Artista Ida De Vincenzo per le continue attività culturali e sociali che la vedono protagonista. Un orgoglio per Cropalati, paese d'origine e per l'Italia tutta.
Se qualcuno dei colleghi presenti volesse corrispondere con me, prego chiedere mia email agli Organizzatori. Ningun problema, hablo bien vuestro idioma, nei verdi anni vissuta in Venezuela e dintorni. Grazie .
Evviva la Musa della Poesia,
con il cuore sempre in empatia!
Un abbraccio y buena suerte para todo.
En este momento yo soy allì...
Carla Barlese
www.youtube.com/watch?v=eBspS6uiY74
22 nov 2014 - Caricato da roguer coz
Poesia dedicata dalla miglior prof. che si può avere nel mondo...
Area degli allegati
www.youtube.com/watch?v=eBspS6uiY74
22 nov 2014 - Caricato da roguer coz
Poesia dedicata dalla miglior prof. che si può avere nel mondo...
Area degli allegati
Stimatissimi Promotori,
ringrazio di nuovo per il Primo premio, assegnatomi da un'Associazione prestigiosa come la Vostra, ne sono felice e onorata .Unica rappresentante dell'Italia con la poesia - " Viaggiare, tornare",- dedicata a Torrice( FR), il caro paese natio. Gioia allo stato puro!
Se riesco ad organizzarmi , un piacere fare la Vostra conoscenza .
Sarà poi mia premura comunicarlo al più presto . Sempre complimenti vivissimi per le molteplici attività di alto spessore culturale e sociale.
Saluti i più sentiti-CARLA BARLESE-ROMA.
ESTIMADA SEÑORA IDA DE VINCENZO, RECIBA UD. E INTEGRANTES DEL ROTARY CLUB DE FLORES,
DESDE MINAS, LAVALLEJA, URUGUAY, UN AFECTUOSO Y SINCERO SALUDO.
ES UNA ENORME ALEGRIA Y HONOR, EL HABER SIDO GALARDONADO EN VUESTRO CONCURSO INTERNACIONAL,.......
MUCHAS GRACIAS Y ÉXITO PARA EL DIA 2 DE AGOSTO, EN LA ENTREGA DE PREMIOS Y CENA Y EN LOS EMPRENDIMIENTOS FUTUROS.
UN SALUDO AFECTUOSO.PROC. ESC. JOSÈ LISSIDINI SÀNCHEZ(URUGUAY)
Le hago llegar mi agradecimiento por la generosidad de su propuesta y me siento honrado de haber obtenido una distinción. Quedo a sus órdenes y le envío un saludo cordial.RAUL DALESSANDRO
Hola Ida. Les deseo el mayor de los éxitos para la gala del martes 2 de agosto. No podré asistir porque trabajo SARA ISABEL JUAREZ .( Cordoba.)
Buenas tardes.
Agradezco de corazón vuestra invitación pero por razones laborales no puedo asistir (me hacía a la idea de que la entrega de Premios pudiera haber sido en fin de semana).
Les agradezco nuevamente y deseo pasen una hermosa jornada.
Atte.
Juan Carlos Viale (de Cañuelas – Bs.As.)
Estimada Ida:
Lamentablemente, por cuestiones laborales y de distancias, mi esposa Silvana Mandrille y quien escribe no podremos asistir a la premiación del concurso literario. Tengo entendido que Beatriz Bustos y Sara Juárez, vecinas de la nuestra ciudad, tampoco podrán hacerlo.
San Francisco (Cba.).
Mil disculpas y muchas gracias.
Saludos cordiales.
Jorge Bossa.
CONCURSO LITERARIO-COMENTARIOS
Oggi a Buenos Aires la premiazione del Concorso Internazionale, promosso dalla prestigiosa Associazione Rotary Club Flores. Desidero di cuore e dal cuore ringraziarVi di nuovo tutti per il Primo Premio assegnato alla mia poesia-Viaggiare, tornare- dedicata al caro paese natio, Torrice in provincia di Frosinone. Programmato di essere lì con Voi, avere il piacere di fare conoscenza e soprattutto condividere una grande gioia ; purtroppo è sorto un problema , gli eventi spesso decidono per noi. Immenso dispiacere.
Allego alla presente un mio curriculum e un video, cosicché, qualora lo vogliate, mi possiate conoscere anche se in modo virtuale.
Il video girato a Roma, in occasione della Laurea in ingegneria di Roguer Coz, un mio carissimo alunno peruviano, precisamente di Lima, al quale ho scritto, dedicato e recitato una poesia in romanesco, Sono sicura gli farà piacere se la dedica la estendo in senso lato a tutto il Sudamerica, tierra maravillosa.
Sempre i miei più vivi complimenti a tutti : Promotori e Partecipanti ; in particolare all'Artista Ida De Vincenzo per le continue attività culturali e sociali che la vedono protagonista. Un orgoglio per Cropalati, paese d'origine e per l'Italia tutta.
Se qualcuno dei colleghi presenti volesse corrispondere con me, prego chiedere mia email agli Organizzatori. Ningun problema, hablo bien vuestro idioma, nei verdi anni vissuta in Venezuela e dintorni. Grazie .
Evviva la Musa della Poesia,
con il cuore sempre in empatia!
Un abbraccio y buena suerte para todo.
En este momento yo soy allì...
Carla Barlese
www.youtube.com/watch?v=eBspS6uiY74
22 nov 2014 - Caricato da roguer coz
Poesia dedicata dalla miglior prof. che si può avere nel mondo...
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www.youtube.com/watch?v=eBspS6uiY74
22 nov 2014 - Caricato da roguer coz
Poesia dedicata dalla miglior prof. che si può avere nel mondo...
Area degli allegati
Stimatissimi Promotori,
ringrazio di nuovo per il Primo premio, assegnatomi da un'Associazione prestigiosa come la Vostra, ne sono felice e onorata .Unica rappresentante dell'Italia con la poesia - " Viaggiare, tornare",- dedicata a Torrice( FR), il caro paese natio. Gioia allo stato puro!
Se riesco ad organizzarmi , un piacere fare la Vostra conoscenza .
Sarà poi mia premura comunicarlo al più presto . Sempre complimenti vivissimi per le molteplici attività di alto spessore culturale e sociale.
Saluti i più sentiti-CARLA BARLESE-ROMA.
ESTIMADA SEÑORA IDA DE VINCENZO, RECIBA UD. E INTEGRANTES DEL ROTARY CLUB DE FLORES,
DESDE MINAS, LAVALLEJA, URUGUAY, UN AFECTUOSO Y SINCERO SALUDO.
ES UNA ENORME ALEGRIA Y HONOR, EL HABER SIDO GALARDONADO EN VUESTRO CONCURSO INTERNACIONAL,.......
MUCHAS GRACIAS Y ÉXITO PARA EL DIA 2 DE AGOSTO, EN LA ENTREGA DE PREMIOS Y CENA Y EN LOS EMPRENDIMIENTOS FUTUROS.
UN SALUDO AFECTUOSO.PROC. ESC. JOSÈ LISSIDINI SÀNCHEZ(URUGUAY)
Le hago llegar mi agradecimiento por la generosidad de su propuesta y me siento honrado de haber obtenido una distinción. Quedo a sus órdenes y le envío un saludo cordial.RAUL DALESSANDRO
Hola Ida. Les deseo el mayor de los éxitos para la gala del martes 2 de agosto. No podré asistir porque trabajo SARA ISABEL JUAREZ .( Cordoba.)
Buenas tardes.
Agradezco de corazón vuestra invitación pero por razones laborales no puedo asistir (me hacía a la idea de que la entrega de Premios pudiera haber sido en fin de semana).
Les agradezco nuevamente y deseo pasen una hermosa jornada.
Atte.
Juan Carlos Viale (de Cañuelas – Bs.As.)
Estimada Ida:
Lamentablemente, por cuestiones laborales y de distancias, mi esposa Silvana Mandrille y quien escribe no podremos asistir a la premiación del concurso literario. Tengo entendido que Beatriz Bustos y Sara Juárez, vecinas de la nuestra ciudad, tampoco podrán hacerlo.
San Francisco (Cba.).
Mil disculpas y muchas gracias.
Saludos cordiales.
Jorge Bossa.
miércoles, 20 de julio de 2016
ENTREGA DE PREMIOS CUARTO CONCURSO LITERARIO-ROTARY CLUB DE FLORES D.4895
ROTARY CLUB DE FLORES D.4895
Se complace en Invitarlos a la entrega de los premios del cuarto concurso literario. El encuentro se realizara el
02 -08-2016
a las 19 hs.
a las 19 hs.
En su sede : Ramon Falcon 2750 CABA
La entrada es libre y gratuita - para una mejor organización Confirmar asistencia-
La entrada es libre y gratuita - para una mejor organización Confirmar asistencia-
Luego a las 21 hs. para los que quieran acompañarnos , Se servira una cena su costo es de $250.- confirmar asistencia con anterioridad.
idadevincenzo@gmail.com
Los esperamos
Ida De Vincenzo Carlos Del Hoyo
Secretaria Presidente
Secretaria Presidente
viernes, 27 de mayo de 2016
ROTARY CLUB DE FLORES - CONCURSO LITERARIO 2016 - PREMIADOS
CONCURSO LITERARIO ROTARY
CLUB DE FLORES - 2016,
El jurado confirmo los premios y menciones -Concurso literario
Rotary club de Flores 2016
Los integrantes del jurado, Lic. Adriana A.Rodriguez, escritora
Marita Rodriguez-Cazaux, Y coordinadora Ida De Vincenzo, felicitan a los
autores que participaron en el concurso de Poesia y Narrativa.
Se recibieron mas de 300 mails, de diferentes puntos del pais ,
de latinoamerica , y Europa, de los cuales fueron seleccionados 72 obras.
Los objetivos que se consideraron de manera prioritaria de la
premiación otorgada fueron : originalidad y mensaje.
DENTRO DEL CONCURSO SE DECIDIO POR UNANIMIDAD Y POR PRIMERA VEZ
DAR UN PREMIO HONORIFICO "AUTO-AYUDA"
POR DEFENDER A LA VIDA MISMA.
PREMIOS ACCESIT -(El concurso es para mayores de 18 años , pero
por la calidad de los trabajos presentados el Rotary club de Flores
,concidiendo con el jurado, decidieron otorgar este premio al Docente y a
sus alumnos por motivar la literatura ,,)
PREMIOS IDIOMA CASTELLANO.
PREMIOS POESIA -
PRIMER PREMIO ELENA VILLARROEL - SOL DE MEDIO DIA (Rafael Castillo)
SEGUNDO PREMIO LILIANA NOEMI BARDESSONO, ENSEÑANZA DEL TIEMPO (Bs.As.)
TERCER PREMIO RENE ARTURO CRUZ MAYORGA- NUESTROS OJOS (El Salvador Centro America)
MENCIONES - POESIA
PRIMERA MENCION JOSE LISSIDIMI SANCHEZ - MI VIEJO , EL TANO (Uruguay)
SEGUNDA MENCION RUIZ HECTOR RICARDO - ESOS MONTES HELADOS (Moron )
TERCERA MENCION SILVANA MARIA MANDRILLE - AUTORRETRATO (Cordoba)
CUARTO MENCION - BEATRIZ TERESA BUSTOS, -SONORO SILENCIO -(Cordoba)
QUINTO MENCION - BOSSA JORGE EMILIO - ROMANCE DE LUNA ROJA-Cordoba)
PREMIO RELATOS
PRIMER PREMIO EDITH FEDORA SOTO, ROSAURA OTRA VEZ-(Bs.As.)
SEGUNDO PREMIO - NORMA CRISTINA NOSEDA, HIPOCRESIA- (Bs.As.)
TERCER PREMIO - LILIANA NOEMI BARDESSONO- SOLDADITO DE PLOMO-(Bs.As.)
CUARTO PREMIO - BEATRIZ ELIDA LACROIX , ATRAPADA EN LA PARED-(Bs.As.)
MENCION RELATO
PRIMER MENCION LORENA BRITO, VERDAD , CONSECUENCIA.-(Bs.As.)
SEGUNDA MENCION , ANA LEGUISAMO RAMEAU, EL NIÑO INSOMNE-(Bs.As.)
TERCERA MENCION, ANA GRACIELA INCOSTANTE, LA MISTERIOSA MUJER-(La Tablada)
CUARTA MENCION , JUAN CARLOS VIALE, LA FOTO DEL PATIO-(Mar del Plata)
QUINTA MENCION, RAUL OSCAR D/ALESSANDRO, EL CANTOR SIN NOMBRE-
PRIMER PREMIO POESIA ITALIANO
CARLA BARLESE, VIAGGIARE TORNARE-(Roma)
SEGUNDO PREMIO
SARA ISABEL JUAREZ C ERA ESTATE IN VALTELLINA-(Cordoba)
PRIMER PREMIO RELATO ITALIANO
JULIA N. ISSA, AMANTE INNAMORATO-(Cordoba)
DENTRO DEL CONCURSO SE DECIDIO POR UNANIMIDAD Y POR PRIMERA VEZ DAR UN PREMIO HONORIFICO "AUTO-AYUDA"
POR DEFENDER A LA VIDA MISMA.
PREMIO HONORIFICO , MATILDE HAYDEE SILVA , LA NOTICIA.-(Bs.As.)
PREMIOS ACCESIT -(El concurso es para mayores de 18 años , pero por la calidad de los trabajos presentados el Rotary club de Flores ,concidiendo con el jurado, decidieron otorgar este premio al Docente y a sus alumnos por motivar la literatura ,,)
CENTRO EDUCATIVO NUMERO 6 CARLOS SADOC SAN MARTIN
EL VOLCAN SAN LUIS-Argentina
Prof. ENZO MARTIN VIEYRA
ALUMNOS PARTICIPANTES
ROMINA SUY - QUIEN SERA?
BRENDA LUCERO- SORPRESAS DE UN LADRON
MELINA JULIETA ACOSTA - UNA HISTORIA PLENAMENTE CONVENCIONAL
BRENDA MILAGROS FERNANDEZ, - EL AMOR DE UN NIÑO
MARIANA SOSA, - LOS RAROS SONIDOS
SOFIA BELEN BAEZ, UN GRAN MISTERIO, EN LA BIBLIOTECA ABANDONADA
FLORENCIA TORRES, MONSTRUO DE PUEBLO
ROCIO CELESTE GONZALEZ, LA SELVA EMBRUJADAPRIMER PREMIO POESIA- CASTELLANO
Sol de medio día - ELENA VILLARROEL
De oriente a occidente recorres la vida,
pasando por países que jamás te olvidan
sucumbes a la tormenta luego apareces
a los días, todos te nombran todos te necesitan,
apareces en los libros,
como también en la biblia,
pintado en cuadros desde siglos que recorren
con tu rostro la vida infinita, a lugares oscuros
llegan tus rayos dando calor y sonrisas,
repartiendo ilusiones
a los brotes nacidos en esta tierra argentina.
Que sería de este mundo sin el sol que nos cobija,
que sería de los seres ¿si el no existiría?
podrían reemplazar semejante astro o irradiarían calor,
¿cómo podrían?
Y si el sol callera redondo y sin remedio al mar
¿qué pasaría?
Seria pescado por un barco
o simplemente el mar herviría,
los peces saltarían huyendo a la tierra y morirían,
otros mutarían patas para no perder la oportunidad de seguir con vida.
Y si el sol un día simplemente no sale
y aparece pálida de horror la luna en la esquina,
será señal que padeció de viejito,
será señal que se apagará con él la vida.
De oriente a occidente recorres la vida,
pasando por países que jamás te olvidan
sucumbes a la tormenta luego apareces
a los días, todos te nombran todos te necesitan,
apareces en los libros,
como también en la biblia,
pintado en cuadros desde siglos que recorren
con tu rostro la vida infinita, a lugares oscuros
llegan tus rayos dando calor y sonrisas,
repartiendo ilusiones
a los brotes nacidos en esta tierra argentina.
Que sería de este mundo sin el sol que nos cobija,
que sería de los seres ¿si el no existiría?
podrían reemplazar semejante astro o irradiarían calor,
¿cómo podrían?
Y si el sol callera redondo y sin remedio al mar
¿qué pasaría?
Seria pescado por un barco
o simplemente el mar herviría,
los peces saltarían huyendo a la tierra y morirían,
otros mutarían patas para no perder la oportunidad de seguir con vida.
Y si el sol un día simplemente no sale
y aparece pálida de horror la luna en la esquina,
será señal que padeció de viejito,
será señal que se apagará con él la vida.
SEGUNDO PREMIO POESIA- CASTELLANO
Enseñanza del tiempo-LILIANA NOEMI BARDESSONO
No quiero una hoguera con llamas que ondulan hacia lo alto.
Prefiero el fuego de pocos troncos, en nuestro hogar, a tu lado.
No quiero la carcajada del momento, fácil, estrepitosa, vulgar.
Prefiero la cálida y cómplice sonrisa que dura una eternidad.
No quiero lo efímero de una explosión magistral.
Prefiero pequeñas chispas, que alerta me mantendrán.
No quiero un galope alocado y extenuante contra el viento.
Prefiero el trote seguro que siempre me llevará a tiempo.
Porque la vida me ha enseñado
que estar enamorado:
es explosivo, fugaz, alocado.
No es lo que yo quiero.
El amor, el amor verdadero,
es el que camina paso a paso;
porque es sabio y respetuoso:
por eso lo prefiero
No quiero una hoguera con llamas que ondulan hacia lo alto.
Prefiero el fuego de pocos troncos, en nuestro hogar, a tu lado.
No quiero la carcajada del momento, fácil, estrepitosa, vulgar.
Prefiero la cálida y cómplice sonrisa que dura una eternidad.
No quiero lo efímero de una explosión magistral.
Prefiero pequeñas chispas, que alerta me mantendrán.
No quiero un galope alocado y extenuante contra el viento.
Prefiero el trote seguro que siempre me llevará a tiempo.
Porque la vida me ha enseñado
que estar enamorado:
es explosivo, fugaz, alocado.
No es lo que yo quiero.
El amor, el amor verdadero,
es el que camina paso a paso;
porque es sabio y respetuoso:
por eso lo prefiero
TERCER PREMIO POESIA - CASTELLANO
NUESTROS OJOS - RENE ARTURO CRUZ MAYORGA
a veces necesitamos
nuestros ojos
para llorar,
para sostener
nuestras lagrimas
y no dejar que se
derrame el llanto.
Son nuestros ojos
los que reclaman el día
sembrando entre
la hierba del campo
la dulce esperanza.
Nuestra alma cruje
recostada en el silencio
buscando en el corazón del mundo
el verdadero sentido de la vida.
Esta tierra está llena
de misterios envejecidos
donde la palabra se enmudece
y se diluye con el olvido.
A veces quisiera empujar el dolor
al igual que el mar empuja las olas
y hablar con el creador
como lo hace el viento a solas
PRIMERA MENCION POESIA- CASTELLANO
Mi viejo. El Tano. - JOSE LISSIDIMI SANCHEZ
En verde viña,
los ojos perdidos,
espíritu inquieto, hurgando lontano
allende el
océano, años queridos,
la guerra
amarga y el adiós temprano.
Mundos unidos
apretadamente,
el joven brindó al
anciano, esperanzas,
la tierra se
abrió generosamente,
ante las
caricias de manos mansas.
Nació en
español la palabra- Hogar-.
Fueron años
buenos, de fruto sano.
Pero la sangre
no dejó olvidar,
aquel
pueblito. La mamma. El hermano.
Y hasta cuando
creo verlo llorar…,
es que está
sonriendo, mi viejo, el Tano.
SEGUNDA MENCION, POESIA- CASTELLANO
Esos montes helados - HECTOR RICADRO RUIZ
Me enliste para una guerra
a la que no pude ir,
a defender ese suelo
era a matar o morir.
Siempre tuve la tristeza
de saber que el dos de abril,
muchos pisaron las islas
más yo, lo vi desde aqui.
Muchos tuvieron la gloria
de llegar, luchar, morir,
más los que regresaron
los ocultaron aqui.
Ver flamear nuestra bandera
fué un orgullo para mi,
en esos montes helados
la patria entera yo vi.
Por el amor por las islas
el amor por la bandera,
el himno sono tan fuerte
del mar a la cordillera.
El corazón en mi pecho
saltaba de la emoción,
en el centro de Malvinas
brilla nuestro pabellon.
Me enliste para una guerra
a la que no pude ir,
a defender ese suelo
era a matar o morir.
TERCERA MENCION POESIA- CASTELLANO
Título: AUTORRETRATO - SILVANA MARIA MANDRILLE
Género: Poesía
Entre la que debo y quiero ser
apenas soy la que puedo…
Una cascada de risas por fuera,
una procesión de lágrimas adentro.
De la historia, un trazo
sin demasiado esmero…
Algunas pocas quimeras,
un puñado de recuerdos.
De ideas contradictorias
y de palabras escuetas,
no por pobre el lenguaje
sino por cauta la lengua.
Nacida allá en la campiña,
de una clase media alta
venida a menos después
por jugarretas del clima
y trastadas del gobierno.
Educadora incansable,
responsable por demás…
Perfeccionismo, el defecto;
virtud, la generosidad…
Un complejo, estas ojeras
que me opacan la mirada
consumiendo maquillaje
y espejos para taparlas.
Hasta que aprendo a reflejarme
en el rostro de la gente,
sintiéndome igual a todos
y a la vez tan diferente.
Abrumada por los roles
que la existencia depara…
Ser una hija ejemplar,
una madre abnegada
mas una esposa amante
y una colega leal
cuando el disfrute real
es la entrañable amistad.
Los extremos me sofocan,
rondo el sendero del medio
aunque la vida se empeña
tirarme contra las cuerdas
para enseñarme que es sangre
lo que corre por mis venas…
Emociones que anhelan salir
y la razón no las deja.
La fe que viene y que va
pero que nunca se queda.
Aborrezco la rutina
y me planto en su vereda…
Arremeto con los cambios
y el viento conservador
castiga duro mis alas
que a medio desplegar
no vuelan casi nada.
Si escribo es porque me mata
esta vida pasajera,
tanto tiempo puesta en ella
y sigo sin entenderla.
La muerte no me amedrenta…
El olvido sí cercena
con su memoria extraviada,
con su voz sin palabras
con ese miedo al desquicio…
A la oscuridad del alma.
Soy la de tantas preguntas
sin ninguna respuesta.
Soy la que sigue en pie
después de todas las guerras.
Soy la que busca un destino
más allá de este camino.
Eternidad… Trascendencia
es sólo lo que ambiciono.
Escribo para escribirme,
para contarme verdades,
para que alguien me lea
cuando sea nadie.
Necesito de los libros
como del aire y del agua
más que del pan y del vino.
Entre la que debo y quiero ser
apenas soy la que puedo
alimentando el espíritu
con las savia de mis versos.
Género: Poesía
Entre la que debo y quiero ser
apenas soy la que puedo…
Una cascada de risas por fuera,
una procesión de lágrimas adentro.
De la historia, un trazo
sin demasiado esmero…
Algunas pocas quimeras,
un puñado de recuerdos.
De ideas contradictorias
y de palabras escuetas,
no por pobre el lenguaje
sino por cauta la lengua.
Nacida allá en la campiña,
de una clase media alta
venida a menos después
por jugarretas del clima
y trastadas del gobierno.
Educadora incansable,
responsable por demás…
Perfeccionismo, el defecto;
virtud, la generosidad…
Un complejo, estas ojeras
que me opacan la mirada
consumiendo maquillaje
y espejos para taparlas.
Hasta que aprendo a reflejarme
en el rostro de la gente,
sintiéndome igual a todos
y a la vez tan diferente.
Abrumada por los roles
que la existencia depara…
Ser una hija ejemplar,
una madre abnegada
mas una esposa amante
y una colega leal
cuando el disfrute real
es la entrañable amistad.
Los extremos me sofocan,
rondo el sendero del medio
aunque la vida se empeña
tirarme contra las cuerdas
para enseñarme que es sangre
lo que corre por mis venas…
Emociones que anhelan salir
y la razón no las deja.
La fe que viene y que va
pero que nunca se queda.
Aborrezco la rutina
y me planto en su vereda…
Arremeto con los cambios
y el viento conservador
castiga duro mis alas
que a medio desplegar
no vuelan casi nada.
Si escribo es porque me mata
esta vida pasajera,
tanto tiempo puesta en ella
y sigo sin entenderla.
La muerte no me amedrenta…
El olvido sí cercena
con su memoria extraviada,
con su voz sin palabras
con ese miedo al desquicio…
A la oscuridad del alma.
Soy la de tantas preguntas
sin ninguna respuesta.
Soy la que sigue en pie
después de todas las guerras.
Soy la que busca un destino
más allá de este camino.
Eternidad… Trascendencia
es sólo lo que ambiciono.
Escribo para escribirme,
para contarme verdades,
para que alguien me lea
cuando sea nadie.
Necesito de los libros
como del aire y del agua
más que del pan y del vino.
Entre la que debo y quiero ser
apenas soy la que puedo
alimentando el espíritu
con las savia de mis versos.
CUARTA MENCION - POESIA CASTELLANO
Sonoro silencio - BEATRIZ TERESA BUSTOS
Se estrella sobre el muro de la tarde
el ultimo intento del olvido.
La mirada no se inmuta.
Los labios parecen de fuego.
Y por la hendidura de la nada,
la lluvia traza soledades en mis besos.
El viento lame las veredas.
El agua de hojas se alimenta.
Y el corazón parece un mendigo penitente
golpea
golpea
golpea,
pero nadie responde.
La casa reclama tus aromas
y le digo mentiras:
─Que vendrás empapado de amor
y tendrás polen en las venas.
─Que llegaras cargado de nostalgia por mi piel...
El reloj deja su resumen
sobre mis ojos en vela,
una estampida de gorriones
pasa por mi rostro, pero,
no están tus manos
que los detenga.
La calle es una rivera azul
que me recuerda el umbral hacia tu nombre.
Las sombras ya se han apostado
y las cornisas desbordan
su pena trasparente.
Tengo frio. En el cuarto aguarda
sobre la almohada,
una rosa ya marchita...
¿Volverás alguna vez a revivirla?
QUINTA MENCION POESIA - CASTELLANO
Título: ROMANCE DE LUNA ROJA- BOSSA JORGE EMILIO
Género: Poesía
En
las cenizas del cielo
la
luna era una brasa,
una
brasa mortecina
a la
noche aferrada;
una
moneda de cobre
por
el eclipse forjada.
Cerca
de aquí y muy lejos
de
esa luna sonrojada
escondían
cuatro paredes,
de
las curiosas miradas,
a
dos amantes furtivos.
Ajenos
al panorama
reinante
en el firmamento,
apasionados
estaban.
Él
es viejo como el sol,
pero
ella, en su cama,
apenas
fue luna nueva,
una
tierna luna blanca,
que
se encendió como aquella
similar
a una brasa,
cual
vestigio de la hoguera
que
el ocaso provocara.
Para
ella, él fue el primero
que
su cuerpo explorara.
Para
él, solo una más
fue
la cándida muchacha.
Una
más que encalló
en
la playa de sus sábanas.
Mientras
su fisonomía
el
cielo recuperaba
y la
reina de la noche
su
palidez recobraba,
la
joven dejó aquel lecho
para
volver a su casa.
La
madre la recibió
con
la pregunta obligada:
¿Viste
la luna, mi amor?
¿Viste
cuán roja estaba?
La
chiquilla sonrió
al
ser allí interrogada
y
afirmó con la cabeza,
al
tiempo que recordaba
un
informe en la tele
que
el fenómeno auguraba.
Ve a
dormir – luego escuchó -
anda
niña, que mañana
tienes
examen y creo
que
estudiaste poco y nada.
La
joven besó a su madre
y
enfiló para su cama,
mientras
en su celular
una
luna colorada
posaba
para la foto
que
una amiga le enviaba.
Otra
pícara sonrisa
se
dibujó en su cara
pues
las dos, al mismo tiempo,
fueron
lunas desangradas…
Y la
niña, esa noche,
dejó
de ser luna blanca.
PRIMER PREMIO RELATO - CASTELLANO
Rosaura otra vez - EDITH FEDORA SOTO
A pesar del tiempo transcurrido las imágines son tan vívidas y la situación es tan dolorosa como entonces… Fue en aquel mi primer día de trabajo en el Servicio Social… Al entrar en mi nueva oficina Rosaura ya estaba allí. Pequeña, mucho más de lo que por su edad se podía esperar… Sentada, acurrucada, parecía casi un ovillo humano intentando fundirse con una de esas incómodas sillas de metal. Los desmesurados ojos pardos recordaban los de un animal acorralado. Inmediatamente asocié su postura con la fetal y me dije que la muchachita intentaba, sin saberlo, volver a aquel nido donde seguramente se sintió abrigada y protegida. Sus ropas chillonas e inadecuadas intentaban darle un aspecto provocativo pero sólo conseguían resaltar el desamparo de su figura… Abrazándose a sí misma, los delgadísimos brazos ceñían las rodillas puntiagudas recogidas sobre el pecho y por momentos adquirían un leve movimiento, como si se acunara
Cuando la secretaria intentó ayudarla a ponerse de pié, se protegió la cabeza con gesto aterrorizado…. Mi inexperiencia de entonces hizo que se viera obligada a responder, en medio de un llanto desgarrador, a un interrogatorio para poder armar el relato de esa vida plagada de desventuras… Desde el nacimiento en un rancho, el hambre, el desconsuelo, las violaciones reiteradas, la entrega, la prostitución y la trata. Fue tan potente que en un impulso emocional y solidario terminamos llorando ambas sobrepasadas por el dolor y la impotencia… Reconozco que fueron esos poderosos sentimientos los motores que me permitieron ayudar un poco a esa pobre adolescente, cuyo destino posterior ignoro.
Han pasado casi veinte años y nunca pude olvidar aquel primer encontronazo con una de esas niñas a las que la vida y la maldad de la gente han maltratado tanto. Pero eso se ha hecho carne en mí esta mañana cuando, cumpliendo con mis funciones de jefa del área de ayuda social, ingresé en la vieja oficina y vi a una nueva Rosaura ovillada en una silla soltando gruesos lagrimones e intentando reconstruir el relato de su propia historia ante la joven asistente social…
Desde ese momento una gran congoja me oprime el pecho… Es duro comprobar que a pesar del paso del tiempo y lo mucho que se ha dicho y publicado, algunas cosas no han cambiado demasiado… Y, reiteradamente, nuevas muchachitas, fan frágiles como la Rosaura de los inicios de mi carrera, siguen siendo carne de cañón de seres repugnantes.
A pesar del tiempo transcurrido las imágines son tan vívidas y la situación es tan dolorosa como entonces… Fue en aquel mi primer día de trabajo en el Servicio Social… Al entrar en mi nueva oficina Rosaura ya estaba allí. Pequeña, mucho más de lo que por su edad se podía esperar… Sentada, acurrucada, parecía casi un ovillo humano intentando fundirse con una de esas incómodas sillas de metal. Los desmesurados ojos pardos recordaban los de un animal acorralado. Inmediatamente asocié su postura con la fetal y me dije que la muchachita intentaba, sin saberlo, volver a aquel nido donde seguramente se sintió abrigada y protegida. Sus ropas chillonas e inadecuadas intentaban darle un aspecto provocativo pero sólo conseguían resaltar el desamparo de su figura… Abrazándose a sí misma, los delgadísimos brazos ceñían las rodillas puntiagudas recogidas sobre el pecho y por momentos adquirían un leve movimiento, como si se acunara
Cuando la secretaria intentó ayudarla a ponerse de pié, se protegió la cabeza con gesto aterrorizado…. Mi inexperiencia de entonces hizo que se viera obligada a responder, en medio de un llanto desgarrador, a un interrogatorio para poder armar el relato de esa vida plagada de desventuras… Desde el nacimiento en un rancho, el hambre, el desconsuelo, las violaciones reiteradas, la entrega, la prostitución y la trata. Fue tan potente que en un impulso emocional y solidario terminamos llorando ambas sobrepasadas por el dolor y la impotencia… Reconozco que fueron esos poderosos sentimientos los motores que me permitieron ayudar un poco a esa pobre adolescente, cuyo destino posterior ignoro.
Han pasado casi veinte años y nunca pude olvidar aquel primer encontronazo con una de esas niñas a las que la vida y la maldad de la gente han maltratado tanto. Pero eso se ha hecho carne en mí esta mañana cuando, cumpliendo con mis funciones de jefa del área de ayuda social, ingresé en la vieja oficina y vi a una nueva Rosaura ovillada en una silla soltando gruesos lagrimones e intentando reconstruir el relato de su propia historia ante la joven asistente social…
Desde ese momento una gran congoja me oprime el pecho… Es duro comprobar que a pesar del paso del tiempo y lo mucho que se ha dicho y publicado, algunas cosas no han cambiado demasiado… Y, reiteradamente, nuevas muchachitas, fan frágiles como la Rosaura de los inicios de mi carrera, siguen siendo carne de cañón de seres repugnantes.
SEGUNDO PREMIO - CASTELLANO
Hipocresía -- NORMA CRISTINA NOSEDA
“El desnudo de las caras puede ser el más indecente”
Corpus Barga
En el pueblo de Credere de pocos habitantes, donde la mayoría se conocía, vivía José Cáseres con Rosario su mujer y Guadalupe, la única hija del matrimonio
José era un próspero comerciante que vivía sin sobresaltos porque tenía un negocio dedicado a la venta de maquinarias agrícolas.
Con buen porte, voz firme y segura, inspiraba respeto. Dirigía a sus empleados y tres veces por semana se iba a un campo de varias hectáreas cercano al pueblo, que había heredado de su familia paterna. Criaba ganado vacuno y lo recorría con un tractor, hablaba con los peones y con ayuda del capataz organizaba y supervisaba todo para que funcionara bien.
Rosario era una mujer sencilla, buena esposa y madre ejemplar. Cocinaba con esmero para el gusto de cada uno. Su casa lucía impecable y cuando invitaba a los amigos a cenar, hacía banquetes tan sabrosos que denotaban su gusto por la cocina y su marido se sentía muy orgulloso por ello.
Guadalupe era una hermosa adolescente, que todavía no mostraba demasiados signos de rebeldía. Era deseada por muchos jóvenes del pueblo, pero su padre la celaba impidiendo que se acercaran demasiado.
Como buena alumna y una hija obediente, seguía los lineamientos y reglas morales que le habían inculcado.
Una noche de domingo, después de terminar las tareas de la escuela, pidió permiso para ver una película muy de moda y apta para su edad. José y Rosario, cansados se fueron a dormir y la dejaron sin contrariarla como premio a las buenas notas que había traído en el boletín.
Ella quedó sola en la sala principal de la casa, estaba muy entretenida riéndose a carcajadas con lo que veía. Se la notaba contenta, al terminar, apagó el televisor y la grabadora y trató de acomodar el video en el estante que estaba debajo de la mesa ratona. Algo se lo impedía pero en la parte de atrás, muy escondido encontró uno sin ningún título que parecía vacío. Tanta fue su curiosidad que decidió verlo sin hacer ruido. De pronto los ojos parecían salirse de las órbitas, no podía creer lo que transmitían esas imágenes.
Las lágrimas comenzaron a rozar sus mejillas, caían a borbotones y con suspiros entrecortados su pecho se agitaba fuertemente, dejándola casi sin respiración.
Trató de calmarse, apagó todo, escondió el video muy bien en el armario de su habitación y se acostó. Daba vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir y no paraba de llorar, hasta que por fin logró conciliar el sueño.
Al día siguiente de regreso a casa, su madre le había preparado la comida con el postre de chocolate que más le gustaba. Almorzó casi sin decir palabra, tragando el sabor de la amargura. Se levantó de la mesa y fue a su dormitorio a preparar la tarea. Al pasar por la sala dejó distraídamente el video sobre la punta de la mesa. Cuando Rosario terminó de arreglar la cocina lo encontró, le pareció extraño y decidió ver si contenía algo en su interior. Tal fue la sorpresa que tragó saliva y un fuerte dolor de estómago se hizo preso de su cuerpo. Lo guardó calladamente y mascullando rabia, se fue a arreglar el jardín.
A las seis de la tarde, su marido regresó silbando del comité donde militaba, le dio un beso y ella lo recibió igual que lo hacía siempre.
Guadalupe no soportaba más la angustia que la invadía y decidió contárselo a su mejor amiga, pero se arrepintió. Entonces pensó mejor hablarlo con su madre, aunque suponía que ella se había enterado. Igualmente desistió porque destrozaría la familia a la que todos conocían como modelo a seguir.
Esa tarde de viernes José había llegado muy eufórico y llamó urgente a Rosario y a Guadalupe para contarles una sorpresa, estaba muy feliz. Le habían propuesto ser el intendente del pueblo. Entonces, ambas esbozaron una falsa sonrisa y lo felicitaron.
Llegó el día, era un sábado por la mañana, se vistieron para la ocasión y prontamente se dirigieron hacia la plaza central de Credere que estaba repleta de gente esperándolos. José se ubicó en el palco principal junto a su familia y correligionarios. Todos saltaban y gritaban, avivando al nuevo intendente.
Guadalupe comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza pero se quedó hasta el final del jolgorio. Ya no soportaba más, entonces le pidió a su madre que la dejase ir. Así fue, cuando regresaron, la encontraron en la sala tendida en el suelo. Estaba con el video abierto y entre sus manos sostenía débilmente un cuchillo y un chorro de sangre brotaba de su muñeca derecha. A medida que su cuerpo perdía fuerza, balbuceaba, ¿por qué?¿por qué? papá. Las imágenes aparecían en su mente como flashes donde jóvenes muchachas eran sometidas a la fuerza por su padre y otros hombres. Ellos las llevaban a lúgubres habitaciones, de una casa desconocida, donde un sexo perverso era el disfrute que colmaban sus pasiones desenfrenadas.
Ella, poco a poco se fue desvaneciendo, mientras su padre la miraba atónito. De pronto reaccionó bruscamente, le quitó el video, lo guardó y llamó a una ambulancia, su esposa llorando lo golpeaba a puñetazos. Ya era tarde Guadalupe cerraba sus ojos para siempre.
“El desnudo de las caras puede ser el más indecente”
Corpus Barga
En el pueblo de Credere de pocos habitantes, donde la mayoría se conocía, vivía José Cáseres con Rosario su mujer y Guadalupe, la única hija del matrimonio
José era un próspero comerciante que vivía sin sobresaltos porque tenía un negocio dedicado a la venta de maquinarias agrícolas.
Con buen porte, voz firme y segura, inspiraba respeto. Dirigía a sus empleados y tres veces por semana se iba a un campo de varias hectáreas cercano al pueblo, que había heredado de su familia paterna. Criaba ganado vacuno y lo recorría con un tractor, hablaba con los peones y con ayuda del capataz organizaba y supervisaba todo para que funcionara bien.
Rosario era una mujer sencilla, buena esposa y madre ejemplar. Cocinaba con esmero para el gusto de cada uno. Su casa lucía impecable y cuando invitaba a los amigos a cenar, hacía banquetes tan sabrosos que denotaban su gusto por la cocina y su marido se sentía muy orgulloso por ello.
Guadalupe era una hermosa adolescente, que todavía no mostraba demasiados signos de rebeldía. Era deseada por muchos jóvenes del pueblo, pero su padre la celaba impidiendo que se acercaran demasiado.
Como buena alumna y una hija obediente, seguía los lineamientos y reglas morales que le habían inculcado.
Una noche de domingo, después de terminar las tareas de la escuela, pidió permiso para ver una película muy de moda y apta para su edad. José y Rosario, cansados se fueron a dormir y la dejaron sin contrariarla como premio a las buenas notas que había traído en el boletín.
Ella quedó sola en la sala principal de la casa, estaba muy entretenida riéndose a carcajadas con lo que veía. Se la notaba contenta, al terminar, apagó el televisor y la grabadora y trató de acomodar el video en el estante que estaba debajo de la mesa ratona. Algo se lo impedía pero en la parte de atrás, muy escondido encontró uno sin ningún título que parecía vacío. Tanta fue su curiosidad que decidió verlo sin hacer ruido. De pronto los ojos parecían salirse de las órbitas, no podía creer lo que transmitían esas imágenes.
Las lágrimas comenzaron a rozar sus mejillas, caían a borbotones y con suspiros entrecortados su pecho se agitaba fuertemente, dejándola casi sin respiración.
Trató de calmarse, apagó todo, escondió el video muy bien en el armario de su habitación y se acostó. Daba vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir y no paraba de llorar, hasta que por fin logró conciliar el sueño.
Al día siguiente de regreso a casa, su madre le había preparado la comida con el postre de chocolate que más le gustaba. Almorzó casi sin decir palabra, tragando el sabor de la amargura. Se levantó de la mesa y fue a su dormitorio a preparar la tarea. Al pasar por la sala dejó distraídamente el video sobre la punta de la mesa. Cuando Rosario terminó de arreglar la cocina lo encontró, le pareció extraño y decidió ver si contenía algo en su interior. Tal fue la sorpresa que tragó saliva y un fuerte dolor de estómago se hizo preso de su cuerpo. Lo guardó calladamente y mascullando rabia, se fue a arreglar el jardín.
A las seis de la tarde, su marido regresó silbando del comité donde militaba, le dio un beso y ella lo recibió igual que lo hacía siempre.
Guadalupe no soportaba más la angustia que la invadía y decidió contárselo a su mejor amiga, pero se arrepintió. Entonces pensó mejor hablarlo con su madre, aunque suponía que ella se había enterado. Igualmente desistió porque destrozaría la familia a la que todos conocían como modelo a seguir.
Esa tarde de viernes José había llegado muy eufórico y llamó urgente a Rosario y a Guadalupe para contarles una sorpresa, estaba muy feliz. Le habían propuesto ser el intendente del pueblo. Entonces, ambas esbozaron una falsa sonrisa y lo felicitaron.
Llegó el día, era un sábado por la mañana, se vistieron para la ocasión y prontamente se dirigieron hacia la plaza central de Credere que estaba repleta de gente esperándolos. José se ubicó en el palco principal junto a su familia y correligionarios. Todos saltaban y gritaban, avivando al nuevo intendente.
Guadalupe comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza pero se quedó hasta el final del jolgorio. Ya no soportaba más, entonces le pidió a su madre que la dejase ir. Así fue, cuando regresaron, la encontraron en la sala tendida en el suelo. Estaba con el video abierto y entre sus manos sostenía débilmente un cuchillo y un chorro de sangre brotaba de su muñeca derecha. A medida que su cuerpo perdía fuerza, balbuceaba, ¿por qué?¿por qué? papá. Las imágenes aparecían en su mente como flashes donde jóvenes muchachas eran sometidas a la fuerza por su padre y otros hombres. Ellos las llevaban a lúgubres habitaciones, de una casa desconocida, donde un sexo perverso era el disfrute que colmaban sus pasiones desenfrenadas.
Ella, poco a poco se fue desvaneciendo, mientras su padre la miraba atónito. De pronto reaccionó bruscamente, le quitó el video, lo guardó y llamó a una ambulancia, su esposa llorando lo golpeaba a puñetazos. Ya era tarde Guadalupe cerraba sus ojos para siempre.
TERCER PREMIO RELATO - CASTELLANO
Soldaditos de plomo - LILIANA NOEMI BARDESSONO
Hoy es uno de esos días en los que quisiera dar una vuelta por mi infancia, donde los sueños se convertían en realidad.
Teníamos las ideas más descabelladas, nuestra imaginación no tenía límites ni horizontes. El mundo estaba a nuestros pies.
Esos tiempos en los que no necesitabas estudiar más de veinte años para ser médico. Bastaba con ponerme un delantal o una camisa blanca de papá y listo para curar a mis hermanos y a mis primos. Tampoco hacía falta recibirte de maestro: con un pizarrón y tizas les enseñaba letras y palabras.
Para ser piloto de avión sentaba a todos en fila, mi hermana era la azafata, mientras yo, desde un sillón al frente de todos, movía un viejo volante, daba órdenes y hacía toda clase de ruidos con mi boca.
También fui agente secreto: perseguíamos enemigos imaginarios y fumábamos cigarrillos de chocolate. A veces jugábamos a la payana, a las figuritas, a las bolitas, al balero y al yo-yo mostrando nuestras destrezas. Otras veces éramos policías o ladrones.
Cuando no había nada, nos gustaba jugar a las escondidas o a la mancha. Y si estábamos en el campo nos trepábamos a los árboles o cabalgábamos un rato. Lo más intrépido de esos años fue saltar pequeños obstáculos con el caballo o arrear vacas en la estancia de mi tío. Como recuerdo de esas hazañas, me quedaron unas pequeñas marcas en la frente por chocar con un arado que estaba recostado sobre una pared.
Recuerdo que en verano buceábamos en la pileta de lona tratando de salvar a un supuesto ahogado o buscando algún tesoro. Esas tardes eran divertidas.
De todos los juguetes que tuve, solo conservé los soldaditos de plomo, regalo de muchos cumpleaños y herencia de mis antepasados. Mis preferidos. Me gustaba pensar que mi colección era la mejor del mundo, o al menos de mi ciudad. Con mis amigos desplegábamos a los soldados con su artillería sobre montañas, valles y bosques fabricados con cartón. Mis intrépidos, Incansables y gallardos soldaditos luchaban contra países enemigos, en defensa de la justicia y la libertad.
1
Las batallas eran memorables; a veces en el fragor de la lucha se nos rompían partes de ellos: un brazo, una pierna, la cabeza o un arma. Sentíamos en carne propia su dolor en la derrota y el orgullo cuando ganaban.
Una vez quise pegar sus partes rotas y casi provoco un incendio. Mamá, que casi nunca lo hacía, me puso en penitencia.
Papá nos contaba historias, pero las que más nos gustaban eran las del abuelo, héroe de guerra.
Cuando enfermé no quise molestar a mis hijos, y aunque se enojaron, les ordené ponerme en un geriátrico. Acá tengo amigos de mi edad con los que puedo conversar sobre nuestra época y reírnos de las travesuras juveniles.
Aunque amaba mi colección la doné al museo. Una vez al mes, mis hijos, me llevan a verla. A veces me acompaña alguno de mis nuevos amigos.
Cuando la rutina agobia y la angustia se clava en el pecho; cuando los sueños se esfuman como nubes, y el único pensamiento utópico que perdura es ser un poco feliz de vez en cuando, lo daría todo por volver a esa época. Entonces me siento en mi sillón y trato de rememorar alguna pícara aventura.
Hoy es uno de esos días en los que quisiera dar una vuelta por mi infancia, donde los sueños se convertían en realidad.
Teníamos las ideas más descabelladas, nuestra imaginación no tenía límites ni horizontes. El mundo estaba a nuestros pies.
Esos tiempos en los que no necesitabas estudiar más de veinte años para ser médico. Bastaba con ponerme un delantal o una camisa blanca de papá y listo para curar a mis hermanos y a mis primos. Tampoco hacía falta recibirte de maestro: con un pizarrón y tizas les enseñaba letras y palabras.
Para ser piloto de avión sentaba a todos en fila, mi hermana era la azafata, mientras yo, desde un sillón al frente de todos, movía un viejo volante, daba órdenes y hacía toda clase de ruidos con mi boca.
También fui agente secreto: perseguíamos enemigos imaginarios y fumábamos cigarrillos de chocolate. A veces jugábamos a la payana, a las figuritas, a las bolitas, al balero y al yo-yo mostrando nuestras destrezas. Otras veces éramos policías o ladrones.
Cuando no había nada, nos gustaba jugar a las escondidas o a la mancha. Y si estábamos en el campo nos trepábamos a los árboles o cabalgábamos un rato. Lo más intrépido de esos años fue saltar pequeños obstáculos con el caballo o arrear vacas en la estancia de mi tío. Como recuerdo de esas hazañas, me quedaron unas pequeñas marcas en la frente por chocar con un arado que estaba recostado sobre una pared.
Recuerdo que en verano buceábamos en la pileta de lona tratando de salvar a un supuesto ahogado o buscando algún tesoro. Esas tardes eran divertidas.
De todos los juguetes que tuve, solo conservé los soldaditos de plomo, regalo de muchos cumpleaños y herencia de mis antepasados. Mis preferidos. Me gustaba pensar que mi colección era la mejor del mundo, o al menos de mi ciudad. Con mis amigos desplegábamos a los soldados con su artillería sobre montañas, valles y bosques fabricados con cartón. Mis intrépidos, Incansables y gallardos soldaditos luchaban contra países enemigos, en defensa de la justicia y la libertad.
1
Las batallas eran memorables; a veces en el fragor de la lucha se nos rompían partes de ellos: un brazo, una pierna, la cabeza o un arma. Sentíamos en carne propia su dolor en la derrota y el orgullo cuando ganaban.
Una vez quise pegar sus partes rotas y casi provoco un incendio. Mamá, que casi nunca lo hacía, me puso en penitencia.
Papá nos contaba historias, pero las que más nos gustaban eran las del abuelo, héroe de guerra.
Cuando enfermé no quise molestar a mis hijos, y aunque se enojaron, les ordené ponerme en un geriátrico. Acá tengo amigos de mi edad con los que puedo conversar sobre nuestra época y reírnos de las travesuras juveniles.
Aunque amaba mi colección la doné al museo. Una vez al mes, mis hijos, me llevan a verla. A veces me acompaña alguno de mis nuevos amigos.
Cuando la rutina agobia y la angustia se clava en el pecho; cuando los sueños se esfuman como nubes, y el único pensamiento utópico que perdura es ser un poco feliz de vez en cuando, lo daría todo por volver a esa época. Entonces me siento en mi sillón y trato de rememorar alguna pícara aventura.
CUARTO PREMIO RELATO - CASTELLANO
ATRAPADA EN LA PARED- BEATRIZ ELIDA LACROIX
Muy cansada por la mudanza, al
departamento que compré con mucho esfuerzo, me relajé en un sillón que ubiqué
contra una de las paredes medianeras.
Miro a mi alrededor y me invade la felicidad de tener mi propio nido, pequeño,
de dos ambientes, recién construido y muy bien ubicado en la calle Dr. Melo y
25 de Mayo, en pleno centro de Lanús Oeste.
Cierro los ojos para no pensar en nada que
pueda entorpecer ese hermoso momento.
De repente escucho, tras la pared, una
hermosa melodía acompañada por una guitarra y una voz muy romántica y dulce.
Tenía que levantarme temprano al día
siguiente, por lo que tuve que dejar el sillón para darme una ducha e ir a la
cama.
Cuando salí por la mañana miré la casona
antigua, otrora muy elegante y de dos
plantas, ubicada al lado de mi edificio de nueve pisos, para saber cuál era mi vecino, pero no
pude ver más que el cartel de la inmobiliaria que decía: SE VENDE.
Soy diseñadora de modas de una firma muy
importante y el trabajo, que me demandó una concentración absoluta a la
investigación de la moda mundial, no me dejó pensar en la noche anterior.
Al regresar al departamento, vi el
tentador sillón y me recosté en él para observar la calle por el ventanal y me
sorprendí al escuchar, de nuevo, la
guitarra y las canciones del día anterior. Apoyé mi cabeza en el respaldo y me
relajé con esa hermosa melodía que traspasaba la pared.
Pasaron los días y cada vez tenía más
ansiedad por llegar a mi departamento y volver a ese estado placentero en el
sillón, contra la pared musical.
Por trabajo, debí viajar a Mar del Plata. En los quince días
que estuve allí, me di cuenta de cuanto extrañaba esa música.
Como volví de noche, me precipité sobre
el sillón para escuchar la música y a su intérprete, del que me estaba
enamorando. Era tal el relax y la ensoñación que me producía. Como todos los
días sus canciones las sentía como si me las dedicara. Cosa que me transportaba
a mi juventud y a lugares de ensueño que disfruté en mis viajes. Me apoyé
contra la pared, acariciándola y bailando, pensaba si del otro lado sentiría
él mis latidos y mis susurros.
Salgo a la mañana apresurada hacia mi
trabajo, pensando en las novedades que traía de Mardel para la empresa y cuando miro hacia
la casona, para saludar imaginariamente
a mi “enamorado,” ahogando un gemido, veo desilusionada, que habían demolido la
casona y en el lugar que correspondía mi medianera, solo había un cuadrado
verde agua.
Pensé, que lo vivido la noche anterior,
era fruto de mi cansancio y de mis ansias y que no volvería a escuchar más a mi músico.
Al regresar, entré sin apuro y no me
precipité al sillón, porque pensé que nada oiría. Pero cual no fue mi sorpresa
cuando volví a escuchar la ¡“Hermosa música”!.... Besé la pared y me dormí en
el sillón.
A la mañana siguiente, miré hacia la
obra demolida y solo ví el cuadrado de pared verde.
Fui a la oficina y, mientras tomaba el
café, pensé que todo podía ser fruto de mi imaginación, provocada por la
soledad en que estaba en mi nuevo departamento.
Cuando por la noche volví dispuesta a no
dejarme llevar por los sueños, al llegar al sillón, comenzó, nuevamente, la
música encantada. Tentada, no pude dejar el juego de bailar y acariciar la
pared. Cosa que repetí por varios días más.
Siempre al salir, miraba la construcción
que avanzaba aceleradamente
Ya habían terminado la planta baja y
estaban levantando el primer piso.
Otra noche, al llegar, me tiré en el
sillón, como de costumbre, apoyé la cabeza en la pared y no escuché nada. Me
quedé dormida esperando la melodía.
Por la mañana, cuando salí desalineada y
triste, miré el edificio en construcción y ya habían llegado al segundo piso,
tapando la medianera, dejando a mi melodía atrapada en la pared.
PRIMERA MENCION RELATO- CASTELLANO
Verdad, consecuencia. -- LORENA BRITO
“Mentira. A ellos realmente no les importa. Es un show para cubrir apariencias. Para mantener sus beneficios y status. Ja ja, me quieren convencer… ¡A zorro viejo con ese cuento!”
Él mantenía la presidencia de la empresa y la edad estaba limitando su poder. ¿Poder? Sí. Dinero, influencias, decisiones que día a día implicaban no sólo ganancias monetarias, sino cambios, pequeños pero tan importantes que ayudan al mundo a ser mejor.
“¿Pero qué van a entender éstos de ayuda? ¡Si jamás movieron un dedo por nadie más que por sí mismos!” Siempre era la misma historia. Señor acá, Señor allá. Cerca sólo por ambición. Ni su único hijo pudo escapar a esa enfermedad. Ahora pretendía separarlo de lo suyo. Manejar todo a su antojo y relegarlo a un rincón en el que no pueda opinar ni molestar. Tantos años de trabajo para que vendan todo y los empleados que realmente llevan adelante la compañía se queden en ascuas. “Si hubiera algún modo de asegurar sus puestos… Me vendría bien un descanso.” Pero enseguida desechó la idea.
Esa mañana había dejado su sencillo departamento antes del horario acostumbrado. Necesitaba algo de bullicio. Cruzó la calle y se sentó en un banco de la plaza, debajo de un gran jacarandá que rebosaba de flores, a escuchar el canto de los pájaros. Era noviembre, pero estaba seguro de que esa brisa de madrugada conservaba el frío del último invierno para él.
Y la vio.
La vio escribiendo en un cuadernito anillado.
“Raro. No tiene un celular en la mano. Una imagen anacrónica.”
Todos sus pensamientos acerca de la empresa y su futuro se desvanecieron y dieron paso a una curiosidad cada vez mayor que apenas pudo disimular. Pocos momentos le regaló el destino para apreciarla, pues ella guardó sus cosas, consultó la hora en su reloj y se fue caminando hacia la escalera que bajaba al subte. Quiso seguirla pero la perdió pronto entre la gente que, apurada, comenzaba a invadir la ciudad.
Cuánta desazón… claro, con su juventud… ¿cómo pretendía alcanzarla?
Y resulta que ahora la tenía delante de sí. Allí. En medio de la junta. Silenciosa y tan atractiva como en la mañana. Hasta conservaba la frescura del amanecer y ese escote que le provocaba cierto vértigo. Asistente de quien intentaba quedarse con su imperio.
“Bah. Todos iguales. Todos. Ella también.” Mas lo envolvía su aroma suave y lo hacía descreer de sus pensamientos. Miraba sus manos finas posándose sobre la pantalla de la tablet con la delicadeza de un suspiro.
Los acuerdos no se lograban. Su hijo lo presionaba y en su pecho comenzaba a sentir un agotamiento desconocido. No podía concentrarse, enfocarse en su trabajo como toda la vida había hecho.
Pasaron dos días. Al tercero volvió a salir temprano. La misma plaza. El mismo banco. La misma imagen: ella escribiendo. Y sus cabellos caían sobre esos hombros que, definitivamente, quería probar.
Esta vez se acercó. Ya no era una desconocida, pese a no haber intercambiado más que una fría presentación.
Tenía una voz sedosa que le dio la bienvenida a una situación inesperada: se escuchó a sí mismo amable y cálido. Alegre como hacía décadas no se había sentido.
-¿Escribes?- le preguntó.
-Es mi modo de escapar a lo cotidiano. A la obligación- y quedó con la mirada perdida hacia el césped aún húmedo de rocío.
No hablaron de la empresa. Sí de la vida, la ciudad, el mundo y el arte.
-¡Oh, la hora! Debo irme, adiós.- Y se alejó en idéntica dirección que días atrás. Él la miró correr bajo una fina llovizna que antes hubiera detestado.
Pero los encuentros se hicieron diarios y el primer adiós se convirtió en hasta pronto, hasta mañana y hasta luego. Con el correr de los días ambos sintieron el deseo de verse y escucharse. Sonidos que vibraban en el alma.
Sin imponerse, la situación de la empresa fue haciéndose presente en la conversación hasta que juntos reflexionaron las posibilidades, ventajas y desventajas.
-¿No te das cuenta- decía ella- que tenés en tus manos la llave de la libertad? Qué más podría yo desear sino el hecho de no estar atada a una rutina estricta, a una necesidad de ganar el pan para no pasar hambre, retornar a un lugar ajeno al que no puedo llamar hogar, y por eso tolerar humillaciones o desplantes desubicados, soportar a los que se creen más a pesar de la preparación y el esfuerzo personal…
-Soledad. Tengo la llave de la Soledad. Ahora al menos me consideran y respetan. Conozco a cada empleado. Sus vidas y anhelos. Siempre intenté sentirlos algo así como una familia. Sin la empresa… ¿qué soy?
-Alguien que podría disfrutar sin rendir cuentas, recorrer el mundo para apreciarlo y seguir aprendiendo, enseñar a otros a emular su éxito pero no sus errores.
-Me siento agobiado. Quizás tengas razón.
Quedaron prendados uno del otro en una mirada infinita.
Habían encontrado la excusa perfecta para alejarse. Habían encontrado su fénix.
Tras duras negociaciones (pues no era cuestión de hacerle fácil el camino a la ambición) en las que incluía una especial atención a sus empleados, y una renta no cuantiosa, pero suficiente para sí. Él fue abriendo sus horizontes a nuevas sensaciones y experiencias… similares a aquellas que le habían dado ímpetu en su juventud.
“Viajaré y daré conferencias y charlas. Seré fiel a mi idea de que los pequeños actos, pueden hacer del mundo un lugar más interesante y ameno.”
-Misión cumplida, Señor- dijo ella a su jefe, algo desganada.
-Impresionante éxito... Pero no me sorprende. Inteligente, atractiva y audaz. Aquí está su cheque. Mañana hablaremos de su rol en la nueva gerencia – Mirando al codicioso hijo del empresario, el magnate levantó una copa a modo de brindis sobre el gran escritorio de roble lustrado. Salió de la oficina aliviada, sin preocuparse en mirar el monto escrito en el papel. No iba a dar aviso, no la dejarían ir tan fácil. Sólo un telegrama de renuncia y ya.
Volvió a su residencia y entregó el dinero. Harta estaba de los reproches. ´Acá vivís de arriba, puro gasto y nada de retribución, te criamos como a una hija y qué ganamos, en algo andarían tus padres al desaparecer sin rastro…´ ya era el colmo.
-Esto compra mi libertad. Hasta nunca.- le escucharon decir, atónitos.
Las últimas luces doradas bañaban los senderos de la plaza.
Él la esperaba en el banco de todos los días. Ella no faltó a la cita. Nunca volvieron a separarse.
-¿¡Por qué este final?!- dijo el editor- No venderá. Habrá que cambiarlo por algo más realista, como el resto de la historia. ¿Qué joven en su sano juicio dejaría una ascendente y prometedora carrera en una empresa por quedarse con un anciano sin poder, ni progreso económico?- Con media sonrisa, ella tomó la carpeta y se marchó. “Yo” pensó. “Y soy feliz”.
“Mentira. A ellos realmente no les importa. Es un show para cubrir apariencias. Para mantener sus beneficios y status. Ja ja, me quieren convencer… ¡A zorro viejo con ese cuento!”
Él mantenía la presidencia de la empresa y la edad estaba limitando su poder. ¿Poder? Sí. Dinero, influencias, decisiones que día a día implicaban no sólo ganancias monetarias, sino cambios, pequeños pero tan importantes que ayudan al mundo a ser mejor.
“¿Pero qué van a entender éstos de ayuda? ¡Si jamás movieron un dedo por nadie más que por sí mismos!” Siempre era la misma historia. Señor acá, Señor allá. Cerca sólo por ambición. Ni su único hijo pudo escapar a esa enfermedad. Ahora pretendía separarlo de lo suyo. Manejar todo a su antojo y relegarlo a un rincón en el que no pueda opinar ni molestar. Tantos años de trabajo para que vendan todo y los empleados que realmente llevan adelante la compañía se queden en ascuas. “Si hubiera algún modo de asegurar sus puestos… Me vendría bien un descanso.” Pero enseguida desechó la idea.
Esa mañana había dejado su sencillo departamento antes del horario acostumbrado. Necesitaba algo de bullicio. Cruzó la calle y se sentó en un banco de la plaza, debajo de un gran jacarandá que rebosaba de flores, a escuchar el canto de los pájaros. Era noviembre, pero estaba seguro de que esa brisa de madrugada conservaba el frío del último invierno para él.
Y la vio.
La vio escribiendo en un cuadernito anillado.
“Raro. No tiene un celular en la mano. Una imagen anacrónica.”
Todos sus pensamientos acerca de la empresa y su futuro se desvanecieron y dieron paso a una curiosidad cada vez mayor que apenas pudo disimular. Pocos momentos le regaló el destino para apreciarla, pues ella guardó sus cosas, consultó la hora en su reloj y se fue caminando hacia la escalera que bajaba al subte. Quiso seguirla pero la perdió pronto entre la gente que, apurada, comenzaba a invadir la ciudad.
Cuánta desazón… claro, con su juventud… ¿cómo pretendía alcanzarla?
Y resulta que ahora la tenía delante de sí. Allí. En medio de la junta. Silenciosa y tan atractiva como en la mañana. Hasta conservaba la frescura del amanecer y ese escote que le provocaba cierto vértigo. Asistente de quien intentaba quedarse con su imperio.
“Bah. Todos iguales. Todos. Ella también.” Mas lo envolvía su aroma suave y lo hacía descreer de sus pensamientos. Miraba sus manos finas posándose sobre la pantalla de la tablet con la delicadeza de un suspiro.
Los acuerdos no se lograban. Su hijo lo presionaba y en su pecho comenzaba a sentir un agotamiento desconocido. No podía concentrarse, enfocarse en su trabajo como toda la vida había hecho.
Pasaron dos días. Al tercero volvió a salir temprano. La misma plaza. El mismo banco. La misma imagen: ella escribiendo. Y sus cabellos caían sobre esos hombros que, definitivamente, quería probar.
Esta vez se acercó. Ya no era una desconocida, pese a no haber intercambiado más que una fría presentación.
Tenía una voz sedosa que le dio la bienvenida a una situación inesperada: se escuchó a sí mismo amable y cálido. Alegre como hacía décadas no se había sentido.
-¿Escribes?- le preguntó.
-Es mi modo de escapar a lo cotidiano. A la obligación- y quedó con la mirada perdida hacia el césped aún húmedo de rocío.
No hablaron de la empresa. Sí de la vida, la ciudad, el mundo y el arte.
-¡Oh, la hora! Debo irme, adiós.- Y se alejó en idéntica dirección que días atrás. Él la miró correr bajo una fina llovizna que antes hubiera detestado.
Pero los encuentros se hicieron diarios y el primer adiós se convirtió en hasta pronto, hasta mañana y hasta luego. Con el correr de los días ambos sintieron el deseo de verse y escucharse. Sonidos que vibraban en el alma.
Sin imponerse, la situación de la empresa fue haciéndose presente en la conversación hasta que juntos reflexionaron las posibilidades, ventajas y desventajas.
-¿No te das cuenta- decía ella- que tenés en tus manos la llave de la libertad? Qué más podría yo desear sino el hecho de no estar atada a una rutina estricta, a una necesidad de ganar el pan para no pasar hambre, retornar a un lugar ajeno al que no puedo llamar hogar, y por eso tolerar humillaciones o desplantes desubicados, soportar a los que se creen más a pesar de la preparación y el esfuerzo personal…
-Soledad. Tengo la llave de la Soledad. Ahora al menos me consideran y respetan. Conozco a cada empleado. Sus vidas y anhelos. Siempre intenté sentirlos algo así como una familia. Sin la empresa… ¿qué soy?
-Alguien que podría disfrutar sin rendir cuentas, recorrer el mundo para apreciarlo y seguir aprendiendo, enseñar a otros a emular su éxito pero no sus errores.
-Me siento agobiado. Quizás tengas razón.
Quedaron prendados uno del otro en una mirada infinita.
Habían encontrado la excusa perfecta para alejarse. Habían encontrado su fénix.
Tras duras negociaciones (pues no era cuestión de hacerle fácil el camino a la ambición) en las que incluía una especial atención a sus empleados, y una renta no cuantiosa, pero suficiente para sí. Él fue abriendo sus horizontes a nuevas sensaciones y experiencias… similares a aquellas que le habían dado ímpetu en su juventud.
“Viajaré y daré conferencias y charlas. Seré fiel a mi idea de que los pequeños actos, pueden hacer del mundo un lugar más interesante y ameno.”
-Misión cumplida, Señor- dijo ella a su jefe, algo desganada.
-Impresionante éxito... Pero no me sorprende. Inteligente, atractiva y audaz. Aquí está su cheque. Mañana hablaremos de su rol en la nueva gerencia – Mirando al codicioso hijo del empresario, el magnate levantó una copa a modo de brindis sobre el gran escritorio de roble lustrado. Salió de la oficina aliviada, sin preocuparse en mirar el monto escrito en el papel. No iba a dar aviso, no la dejarían ir tan fácil. Sólo un telegrama de renuncia y ya.
Volvió a su residencia y entregó el dinero. Harta estaba de los reproches. ´Acá vivís de arriba, puro gasto y nada de retribución, te criamos como a una hija y qué ganamos, en algo andarían tus padres al desaparecer sin rastro…´ ya era el colmo.
-Esto compra mi libertad. Hasta nunca.- le escucharon decir, atónitos.
Las últimas luces doradas bañaban los senderos de la plaza.
Él la esperaba en el banco de todos los días. Ella no faltó a la cita. Nunca volvieron a separarse.
-¿¡Por qué este final?!- dijo el editor- No venderá. Habrá que cambiarlo por algo más realista, como el resto de la historia. ¿Qué joven en su sano juicio dejaría una ascendente y prometedora carrera en una empresa por quedarse con un anciano sin poder, ni progreso económico?- Con media sonrisa, ella tomó la carpeta y se marchó. “Yo” pensó. “Y soy feliz”.
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