Entré en abril….
Entré en abril para saber si aún estabas
temblaron las semanas y los días
y en la cornisa de la tarde
se doblaba el olvido.
Me quedé quieta
debajo de la madrugada
con una luna llena de orillas
y las manos verdes de soñar tus ojos.
Un aroma de vinos dulces te trajo hasta aquí
donde silenciábamos los sorbos
desde las copas altas
desde las copas llenas de uvas húmedas
como nuestros deseos de tiritar la noche
y mis rodillas desechas de tanta penumbra.
Me moriré de silencios, de azules y de vientos
de caminos sin tiempo
de a veces
de tal vez
de quizás
de toda esa dulzura desparramada en mi mundo.
Abril si fue
se me perdió el otoño
tu sonrisa y la sombra de tu abrazo
como una llovizna que agobia melancólica.
Me espanto y se me triza la sangre
hundo el alma y mi soledad
para no morirme de vos.
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