Pero entonces,
se hará de noche.
Y cuando eso suceda,
el movimiento cesará y
reinará el silencio.
Deberemos convivir
con nosotros mismos,
decidir
y escucharnos.
Es duro escucharnos,
es difícil afrontar
las verdades que tenemos
para decirnos.
Pasamos la vida
ignorándolo,
distrayéndonos
con el ruido.
Pero, cuando el ruido se calla,
cuando debemos coexistir
con nosotros mismos,
queremos huir.
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